El mismo futuro implica de nuevo la ausencia de tasas reales positivas
Los pronósticos que los inversionistas y los mismos oficiales hacen es regresar a tasas que existían antes de la pandemia y que seguirán siendo históricamente bajas
En alusión al comentario de la semana pasada en el que puntualicé que, después de la intensa preocupación por la variante Ómicron del Covid-19, el futuro volvía a centrarse en el tema de la inflación elevada y las respuestas de los bancos centrales; después de los pronunciamientos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) el día de ayer, podríamos confirmar un futuro de tasas al alza, pero aún insuficientes para el inversionista pasivo.
El comunicado de la Fed planteó un final más acelerado en la reducción de compras de bonos que ha efectuado cada mes desde el 2020 con el fin de proveer liquidez y consolidar la recuperación económica.
Es el final de los estímulos extraordinarios condicionados por la pandemia; con ello podemos decir que la Fed se ha movido de su postura laxa de los últimos dos años a una que muestra una mayor preocupación por combatir la inflación, misma que ha subido una barbaridad (6.8% de noviembre de 2020 a noviembre de este año).
En distintos foros, y en sus mismos comentarios a la prensa, la Fed ha dejado claro que desea terminar con el programa de recompra de bonos antes de comenzar a subir las tasas de interés de los fondos federales (que se ubican en cero en la actualidad) y con ello comenzar a usar su herramienta más tradicional para combatir el aumento de precios.
En esta ocasión la publicación del Comité de Mercados Abiertos de la Fed incluye las expectativas de sus miembros sobre la ubicación de las tasas de fondos federales en el futuro.
En éste se observa que las autoridades monetarias esperan elevar las tasas tres veces durante el 2022 y elevar los réditos hacia un nivel de 2.1% a finales del 2024.
Creo que vale la pena hacer varios recordatorios. El primero es que es congruente el alza de tasas, no solo en las de corto plazo sino eventualmente en las de largo plazo. La Fed está reconociendo que se equivocó en su estimación con relación a la inflación, ello debe representar un mercado con menos confianza si la inflación no muestra señales de moderación, hasta ahora no lo ha hecho.
En segundo lugar, dicha congruencia parte de la base de la menor liquidez que ahora retirará a mayor velocidad el banco central, junto con la problemática de la elevadísima deuda pública que generó la respuesta contra la pandemia no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo.
La moderación de las alzas a pesar de una inflación tan grande colabora de cierta manera a reducir en términos relativos el nivel de endeudamiento.
Aquí caemos en un tercer punto doloroso para el inversionista pasivo: la estructura de tasas de interés seguirá sin ser mayor a la inflación, tal y como lo ha sido durante los últimos doce años. Los rendimientos reales, aquellos que resultan de restar la tasa de inflación a la tasa de interés seguirán siendo negativos.
El inversionista pasivo volverá a ser el gran pagador de la recuperación, así lo fue en la crisis financiera y así lo será en la era post-pandemia que, dicho sea de paso, aun no declara su final definitivo.
Los pronósticos que los inversionistas y los mismos oficiales hacen es regresar a tasas que existían antes de la pandemia y que seguirán siendo históricamente bajas.
Esa ruta es segura a menos que se geste algún problema que afecte las expectativas de crecimiento, en cuyo caso podríamos ver que la expectativa con relación a las tasas será de nuevo de un descenso o al menos de inmovilidad.
La normalidad de tasas de interés reales ausentes que se gestó después de la crisis del 2008 está muy presente aún, y las autoridades no van a decidir subir las tasas para “pagarle” más a los inversionistas pasivos.
¿Qué van a hacer éstos con su dinero? Parece que seguiremos viendo una propensión por activos de riesgo y seguramente mayor volatilidad en un contexto de menor represión monetaria. En el futuro al que volvimos, no hay retornos mejores.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
La desilusión china en los mercados.
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China se posicionaba como una alternativa de inversión atractiva en medio de las expectativas de recuperación tras la pandemia por COVID-19; sin embargo, su desempeño accionario se ha visto rezagado frente al resto de los mercados de capitales a causa de los cambios regulatorios que se contemplan en el país. La intervención del Gobierno en el mercado podría traer consecuencias para la inversión más allá del sector tecnológico. De igual manera, aún hay incertidumbre sobre si el crecimiento económico en China volverá a alcanzar los niveles observados antes de la pandemia.
Reporte Semanal: Economía
Después de haber registrado la misma cifra en octubre (6.2% anual), la inflación en Estados Unidos (6.8%) se separó de la de México (7.4%) en noviembre. Para el cierre del año estimamos lecturas de 7.0% y 7.8% anual para la inflación de cada país, respectivamente.
Incluso considerando los índices subyacentes (aquéllos que excluyen los precios de alimentos y energía principalmente), la inflación en Estados Unidos y México podría rebasar los objetivos de sus bancos centrales durante todo 2022.
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La semana pasada:
De acuerdo con estadísticas oficiales, el Consumer Price Index (CPI) de Estados Unidos creció 0.8% m/m en noviembre, cifra similar a la esperada por los analistas y ligeramente inferior al dato reportado para octubre (0.9% m/m). La tasa anual se ubicó en 6.8%, su nivel más alto en casi 40 años.
Todos los componentes del CPI avanzaron en noviembre, destacando por su magnitud las alzas en los precios de gasolina (6.1% m/m), vehículos usados (2.5% m/m), ropa (1.3% m/m) y vehículos nuevos (1.1% m/m). Ya sea en la parte general o en la subyacente, la inflación en Estados Unidos no cede.
En México la situación fue similar, pero en el caso de nuestro país la inflación de noviembre (1.1% m/m) se ubicó por encima de lo esperado por el consenso. La tasa anual aumentó de 6.2% a 7.4%, su nivel más alto en 20 años. Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), destacaron las alzas en las tarifas de electricidad (24.2% m/m) y el precio del jitomate (25.4% m/m). Este último es un importante componente de la canasta básica.
Si bien se ha reportado cierta liberación de cuellos de botella y menor temor por la presencia de la variante ómicron, los precios de materias primas se mantienen elevados. Esto con todo y el importante ajuste a la baja que han mostrado ciertas cotizaciones, particularmente el precio del petróleo crudo.
Si a lo anterior se suma la posibilidad de observar presión por el lado de los salarios, no se descarta una postura más agresiva por parte de la Reserva Federal o incluso el mismo Banco de México. Particularmente si en 2022 la inflación rebasa por mucho los objetivos establecidos por estos organismos (2.0% y 3.0% anual promedio, respectivamente).
En el contexto global:
En China se reportó una notoria desaceleración en las exportaciones de noviembre (de 27.1% a 22.0% anual). En parte por el reinicio de tensiones entre Estados Unidos y China, el déficit de la balanza comercial norteamericana se redujo de (-)$81.4 a (-)$67.1 miles de millones de dólares entre septiembre y octubre.
En más información para la economía de Estados Unidos, el índice de costos laborales unitarios creció 9.6% t/t en el periodo julio-septiembre de 2021. Destacó el fuerte repunte de este índice respecto a la cifra pasada (1.1% t/t en abril-junio). De hecho, no se descarta que la FED elimine el término “transitoriedad” del siguiente comunicado de política monetaria argumentando presión por el lado de los salarios.
Las solicitudes iniciales del seguro de desempleo cayeron de 184 mil unidades. Este fue un dato positivo, considerando que el nivel prepandemia de las solicitudes oscilaba alrededor de 220 mil. Habrá que verificar si efectivamente las solicitudes regresaron a los niveles de 2019 o si se trata de un dato atípico.
Finalmente, el índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad de Michigan pasó de 67.4 a 70.4 puntos entre noviembre y diciembre. El mercado anticipaba una ligera contracción. Al interior del índice, destacó el alza en el componente de expectativas (de 63.5 a 67.8 puntos), en parte alentado por menores temores relacionados con la variante ómicron.
En México:
El viernes, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó un incremento de 165,463 trabajadores asegurados en noviembre. Con este dato, el número total de asegurados se ubicó en 20,933,050. No sólo la cifra regresó a sus niveles prepandemia. Ésta es la más alta que se ha reportado en la historia de este indicador. A pesar del impacto negativo de la ley outsourcing en el sector profesional, corporativo y de apoyo a los negocios, el empleo formal está aumentando.
Siguiendo el comportamiento positivo de la producción industrial de Estados Unidos en octubre, la producción de México aumentó 0.6% m/m en dicho mes. Al interior de las cifras destacó el buen comportamiento de las manufacturas (1.8% m/m). En contraparte, la construcción registró una caída de 1.3% a tasa mensual.
Para noviembre y diciembre anticipamos más aumentos en la actividad manufacturera debido a un firme avance de la industria norteamericana y menores disrupciones en la cadena global de suministros.
¿Qué esperar en los próximos días?
Esta semana se publican más datos de inflación en Estados Unidos.
El consenso del mercado anticipa un avance de 0.4% m/m en el índice de precios al productor de noviembre. La tasa anual podría repuntar de 8.6% a 9.2%. Por otra parte, se estima un aumento de 0.7% mensual en el índice de precios de importaciones del periodo.
El miércoles se conocerán cifras de ventas al menudeo (0.8% m/m estimado para noviembre, 0.9% m/m en la categoría que excluye autos), producción industrial (0.7% m/m estimado), así como los PMI manufacturero y no manufacturero de diciembre.
En cuanto a actividad del sector residencial, el jueves se conocerán los permisos de construcción y los inicios de construcción de vivienda correspondientes a noviembre. El mercado estima avances de 0.4% y 3.2% mensual para cada indicador, respectivamente.
Tanto en Estados Unidos como en México se conocerán las últimas decisiones de política monetaria de 2021.
Respecto a la decisión de la Reserva Federal de EUA, esperamos que se elimine el término de “transitoriedad” en el comunicado de política monetaria. No descartamos un incremento en el tapering (actualmente ubicado en $15 mil millones de USD).
En cuanto a Banxico, con Alejandro Díaz de León en su reunión como gobernador del instituto central, anticipamos un incremento de 25 puntos base en la tasa de interés de referencia con 4 votos a favor y 1 en contra (subgobernador Esquivel). La tasa de interés de referencia de México pasaría de 5.00% a 5.25%.
Declaraciones
La información contenida en este reporte proviene de fuentes consideradas como fidedignas, sin embargo no se considera completa y su precisión no es garantía, ni representa una sugerencia para las decisiones en materia de inversión. Ni el presente documento, ni su contenido, constituyen una oferta, invitación o solicitud de compra o suscripción de valores o de otros instrumentos o de realización o cancelación de inversiones, ni pueden servir de base para ningún contrato, compromiso o decisión de ningún tipo. Cualquier opinión ó estimación contenida en este reporte constituye el punto de vista de los analistas de INVEX Grupo Financiero S.A. de C.V. a la fecha de publicación y puede estar sujeta a cambios sin necesidad de previo aviso. INVEX, Grupo Financiero no asume compromiso alguno de comunicar dichos cambios ni de actualizar el contenido del presente documento. Este reporte es propiedad de INVEX Grupo Financiero y no puede ser reproducido ó utilizado parcial ó totalmente por ningún medio, ni ser distribuido, citado ó divulgado sin previo consentimiento de la Dirección de Análisis de INVEX Grupo Financiero. INVEX Grupo Financiero, sus subsidiarias, empresas afiliadas, empleados ó las personas relacionadas con ellas, no serán responsables de daños y perjuicios de cualquier tipo que pretendan imputarse por el uso de esta publicación. INVEX Grupo Financiero, busca tener negocios con compañías y/o valores mencionados en este reporte. Como resultado, los inversionistas deben tomar en cuenta que la compañía, pudiera tener conflictos de interés que afectan la objetividad de este reporte. Los inversionistas deben considerar este reporte como un factor individual dentro de la toma de decisiones de inversión. El inversionista que tenga acceso a este documento debe ser consciente de que los valores, instrumentos o inversiones a que el mismo se refiere pueden no ser adecuados para sus objetivos específicos de inversión, su posición financiera o su perfil de riesgo, por lo que deberá procurarse el asesoramiento específico y especializado que considere necesario. Reporte para fines meramente informativos. Información adicional disponible bajo solicitud.
Regreso al mismo futuro
El contexto en los mercados será más volátil e incierto que lo que es hasta ahora, principalmente por el riesgo de que el pilar de apoyo de la trayectoria positiva, llámele así a que las tasas de interés son bajas y lo serían por un tiempo prolongado, ya no está sobre la mesa
Al parecer la variante Ómicron ha reducido su importancia como factor de temor en los mercados. Aparentemente, los anuncios positivos sobre la efectividad de algunas vacunas, la menor fuerza expansiva de contagios, así como la efectividad de algunas medidas de contención en traslados internacionales han generado confianza.
Al parecer volvemos a nuestros cuestionamientos iniciales (y fundamentales) con respecto al futuro: ¿Qué pasará con la inflación? ¿Cuál va a ser su grado de permanencia ahora que ya el presidente de la Fed la declaró como no transitoria? ¿Cuál va a ser la reacción de la Reserva Federal y otros bancos centrales al respecto durante el próximo año? ¿Qué efecto tendrían tales medidas sobre la trayectoria (de nuevo entusiasta) de las bolsas?
No puede usted construir una expectativa de retornos en su portafolio de inversiones sin hacer el intento de contestar dichas preguntas. Puede volver Ómicron o alguna otra variante a ocupar el foco noticioso, puede el conflicto de Estados Unidos con China o con Rusia escalar significativamente, puede perder el Presidente Biden la mayoría del Congreso o puede haber muchos otros factores que afecten la sensibilidad tan elevada que tienen los inversionistas y “estiren más la liga” en los mercados para cualquier lado; pero el tema central reside en las preguntas que le he planteado.
Así pues, el contexto en los mercados será seguramente más volátil e incierto que lo que ha sido hasta ahora, principalmente por el riesgo de que el pilar de apoyo de la trayectoria positiva, llámele así a la idea de que las tasas de interés son bajas y lo serían por un tiempo prolongado, ya no está sobre la mesa.
Déjeme decirle lo que opino. La inflación va a descender. Sin embargo, seguirá siendo elevada y superior a los objetivos de los principales bancos centrales. Las dos pinzas que provocan este fenómeno no parece que vayan a desaparecer el próximo año; me refiero por una parte a los cuellos de botella en la cadena de suministros del sector industrial y a la inercia de una demanda muy fuerte generada por el elevado ingreso personal, en especial de la población en Estados Unidos.
Es posible que el ciclo de inflación elevada siga presente cuando estemos prospectando el 2023. Es muy probable que para ese entonces la postura de los bancos centrales sea más estricta que en la actualidad. Los mismos inversionistas en los mercados globales anticipan que la Fed moverá sus tasas de interés de referencia que hoy son cero al menos en tres ocasiones en el segundo semestre del 2022; la probabilidad implícita en los futuros de la tasa de fondos federales para que un primer movimiento se de en mayo es del 70 por ciento.
Las tasas de largo plazo reconocen que la inflación puede estar cerca de sus máximos si se descuenta la acción de los bancos centrales para combatirla; pero definitivamente subirán. No es muy creíble que una postura de mayor restricción de las autoridades, en combinación con un elevado déficit fiscal, y la ausencia de recompras de bonos por parte de la Fed resulte en un ambiente de tasas bajas. En el criterio básico de los inversionistas, la permanencia de elevados porcentajes invertidos en la Bolsa tiene lógica. El mercado de bonos se ha vuelto riesgoso y se experimenta una recuperación en la economía considerable. Además, las acciones parecen ser un mejor refugio contra la inflación en tal escenario.
Por ello es posible que sigamos viendo a las bolsas merodear máximos por algún tiempo; sin embargo, el giro hacia tasas de interés mayores deberá implicar en algún momento un menor apetito de los inversionistas por estos activos y muy probablemente tasas de retorno que no serán similares a las de este año.
En México vivimos a expensas de tales escenarios. La activación de una trayectoria de tasas de interés mayores en el exterior, combinada con la dificultad que representa el control de la inflación a nivel doméstico y con una previsible mayor volatilidad del tipo de cambio, significa tasas de interés todavía más altas en nuestro país y un dólar que tenderá a encarecerse. Con un escenario de menores retornos en la Bolsa de afuera, y con un crecimiento muy moderado a nivel local, tampoco debemos esperar que se repitan los buenos rendimientos en la Bolsa mexicana.
Puede usted pensar que el escenario que le planteo es pesimista. Pero partiendo de donde estamos y con tantos argumentos adversos me parece que es bastante razonable considerarlo.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Regreso-al-mismo-futuro-20211208-0127.html
Reporte Semanal: Economía
Justo cuando el mercado laboral norteamericano comenzaba a consolidarse -las solicitudes iniciales del seguro de desempleo prácticamente regresaron a sus niveles prepandemia en la última semana de noviembre- la variante ómicron del coronavirus llegó a Estados Unidos.
Insistimos en la necesidad de interpretar este hecho con prudencia, pues aún falta conocer la conclusión de las farmacéuticas sobre la efectividad de las vacunas frente a esta nueva cepa. Asimismo, el proceso de vacunación avanza e incluso con dosis de refuerzo.
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La semana pasada:
Banco de México dio a conocer el informe trimestral julio-septiembre 2021. Sorprendió el ajuste a la baja en los estimados de crecimiento para 2021. De acuerdo con el instituto central, el PIB crecerá 5.4% este año (6.2% estimado anterior). De hecho, Banxico considera que el crecimiento podría alcanzar máximo una cifra de 5.7% este año.
Nuestro estimado se ubica alrededor de 6.0% debido al rebote en la actividad que anticipamos para los últimos dos meses de 2021. Asimismo, es probable observar cierta fortaleza en la producción industrial debido a un relajamiento en las restricciones a la movilidad.
A pesar que la variante ómicron se desplaza rápidamente (el jueves pasado se reportó el primer caso de un paciente en México contagiado con esta cepa), es poco probable que las autoridades de nuestro país anuncien semáforos rojos, al menos en diciembre. El impacto que pudiera observarse en el primer trimestre de 2022 dependerá de la efectividad de las vacunas, así como la agresividad del virus.
En cuanto a estimados de inflación, tal como se reportó en su oportunidad, Banxico estima una variación trimestral anualizada de 6.8% en el periodo octubre-diciembre de 2021 (5.7% estimado anterior). Nuestra previsión rebasa ligeramente el 7.0%.
Lo que preocupa es que la inflación tardará en descender. Ésta probablemente no bajará de 5.5% al menos hasta abril y podría cerrar el año alrededor de 4.0%. Los riesgos, y más con la variante ómicron, se han sesgado al alza.
En el contexto global:
La nómina no agrícola registró un avance de 210 mil plazas en noviembre, cifra inferior a los más de 500 mil empleos esperados por el consenso del mercado. De nueva cuenta, la nómina del sector público retrocedió. Por otra parte, el empleo del sector privado creció en 235 mil plazas. La tasa de desempleo disminuyó de 4.6% a 4.2%.
Con relación al tema de los salarios, las remuneraciones medias por hora crecieron poco menos de lo esperado por el consenso del mercado (0.3% vs. 0.4% a tasa mensual est. Bloomberg). De esta forma, la tasa anual se mantuvo en 4.8% (vs. 5.0% estimado). Si la oferta laboral continúa al alza, es probable que el crecimiento de los salarios se modere cada vez más.
El ISM manufacturero aumentó ligeramente en noviembre al pasar de 60.8 a 61.1 puntos. La actividad industrial se ha visto beneficiada por un relajamiento de las restricciones a la movilidad hacia el cierre del año, aunque éstas podrían acentuarse si la variante ómicron genera disrupciones importantes.
En cuanto al sector residencial, las ventas pendientes de vivienda se ubicaron considerablemente por encima de lo esperado al crecer 7.5% m/m en octubre (0.9% m/m consenso del mercado). Por otra parte, el House Price Index aumentó 0.9% m/m en septiembre con lo cual la tasa anual se ubicó en 17.7%. La variación anual del índice de precios de casas S&P/CS en dicho mes fue 19.1%.
Finalmente, las solicitudes iniciales del seguro de desempleo se ubicaron en 222 mil unidades, cifra muy cercana a los niveles prepandemia de 215 mil. Si bien es muy pronto para determinar el impacto de la variante ómicron sobre la actividad económica, sin duda las solicitudes serán de los primeros indicadores en aumentar en caso de alguna distorsión.
En México:
La tasa de desempleo retrocedió en octubre. De hecho, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, el número de trabajadores asegurados ya regresó al nivel reportado antes de la pandemia. Después de la fuerte afectación que registró el mercado laboral por la entrada en vigor de la reforma que prohíbe la subcontratación (outsourcing), es probable que ésta impacte de forma más moderada durante los próximos meses.
El impacto de la variante ómicron sobre el crecimiento aún es difícil de determinar, aunque no creemos que las autoridades restablezcan recurran a medidas tan estrictas como las que se observaron a inicios de la pandemia debido al fuerte daño económico que éstas generan.
El 16 de diciembre se dará a conocer un nuevo comunicado de política monetaria, el último con Alejandro Díaz de León al frente del instituto central. Será importante analizar los riesgos que detecta la Junta de Gobierno con relación a ómicron.
¿Qué esperar en los próximos días?
Esta semana se publican datos de inflación en China. Los estimados para la variación anual de los precios al consumidor y al productor de noviembre se ubican en 2.5% y 12.0%, respectivamente (1.5% y 13.5% cifras anteriores). Es probable observar una aceleración de los precios del consumidor en China próximamente.
De igual manera, el martes se reportan datos de exportaciones e importaciones para la segunda economía más grande del mundo (19.8% y 22.0% anua en noviembre, respectivamente).
En Estados Unidos, esta semana se conocerán datos de crédito al consumidor, desempleo, confianza de los hogares e inflación (para conocer algunos estimados puntuales, favor de consultar la agenda semanal).
También destacan cifras de inflación a noviembre tanto para Estados Unidos como para México. El consenso del mercado estima un avance de 0.6% m/m en el índice de precios al consumidor norteamericano (0.9% m/m en octubre). De confirmarse este pronóstico, la tasa anual repuntaría de 6.2% a 6.7%.
Al igual que en México, la inflación en Estados Unidos no cede. Menos en la parte subyacente. Estimamos un avance de 0.88% m/m en el índice de precios al consumidor de noviembre. La tasa anual podría ubicarse en 7.10%. Anticipamos que ésta podría ubicarse en 7.20% al cierre de este año. Destaca que la tasa anual del índice subyacente podría llegar ya a 5.63%.
También se publicarán la inversión fija bruta de septiembre y la producción industrial de octubre para México. Estimamos un freno de la inversión (de 13.9% a 9.1% anual), así como una ligera recuperación de la producción manufacturera ante la reactivación de la industria norteamericana en octubre.
Declaraciones
La información contenida en este reporte proviene de fuentes consideradas como fidedignas, sin embargo no se considera completa y su precisión no es garantía, ni representa una sugerencia para las decisiones en materia de inversión. Ni el presente documento, ni su contenido, constituyen una oferta, invitación o solicitud de compra o suscripción de valores o de otros instrumentos o de realización o cancelación de inversiones, ni pueden servir de base para ningún contrato, compromiso o decisión de ningún tipo. Cualquier opinión ó estimación contenida en este reporte constituye el punto de vista de los analistas de INVEX Grupo Financiero S.A. de C.V. a la fecha de publicación y puede estar sujeta a cambios sin necesidad de previo aviso. INVEX, Grupo Financiero no asume compromiso alguno de comunicar dichos cambios ni de actualizar el contenido del presente documento. Este reporte es propiedad de INVEX Grupo Financiero y no puede ser reproducido ó utilizado parcial ó totalmente por ningún medio, ni ser distribuido, citado ó divulgado sin previo consentimiento de la Dirección de Análisis de INVEX Grupo Financiero. INVEX Grupo Financiero, sus subsidiarias, empresas afiliadas, empleados ó las personas relacionadas con ellas, no serán responsables de daños y perjuicios de cualquier tipo que pretendan imputarse por el uso de esta publicación. INVEX Grupo Financiero, busca tener negocios con compañías y/o valores mencionados en este reporte. Como resultado, los inversionistas deben tomar en cuenta que la compañía, pudiera tener conflictos de interés que afectan la objetividad de este reporte. Los inversionistas deben considerar este reporte como un factor individual dentro de la toma de decisiones de inversión. El inversionista que tenga acceso a este documento debe ser consciente de que los valores, instrumentos o inversiones a que el mismo se refiere pueden no ser adecuados para sus objetivos específicos de inversión, su posición financiera o su perfil de riesgo, por lo que deberá procurarse el asesoramiento específico y especializado que considere necesario. Reporte para fines meramente informativos. Información adicional disponible bajo solicitud.
El pivoteo de Powell
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ha puesto la mejoría en los niveles de empleo como la señal inequívoca de recuperación que pudiera activar una reacción adicional en sentido restrictivo del banco central, hasta antier
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, realizó un giro inesperado en el sentido de su discurso con respecto al futuro de la política monetaria norteamericana.
Los inversionistas en los mercados tal vez esperaban que se sugiriera el adelanto de la finalización del proceso de reducción de recompra de bonos, pero no anticipaban que Powell reconociera que calificar al proceso de alza de inflación como transitorio ya no es aplicable.
Obviamente la mención hecha el pasado martes provocó ajustes importantes en los mercados, casi del tamaño de los vistos el viernes anterior a raíz de la difusión de la existencia de la variante Ómicron y la amenaza de una posible nueva interrupción de la movilidad en muchas economías.
Quitar el término “transitorio” de su discurso implica una corrección con relación a una postura que el mismo Powell había sostenido contra todos los indicios.
La complacencia de los mercados con relación a la fuerte presión inflacionaria que hay deberá ser otra, las direcciones de sus movimientos sin duda se volverán más erráticas en el futuro, porque la Fed ha puesto de relieve que su prioridad sobre la falta de empleos corre riesgos.
Me parece que lo que provocó este giro tiene que ver en parte con la consolidación de la amenaza (que se venía cocinando en Europa y otras regiones en semanas anteriormente) relativa al Covid-19.
La interrupción de movilidades y la vuelta al confinamiento no sólo significan menores avances en las cifras de empleo, sino que podrían acentuar los problemas en las cadenas de suministro que han sido causantes en gran medida del repunte inflacionario.
Aunque la base para que la inflación crezca más parece pobre a raíz de un menor crecimiento. Su permanencia en niveles altos es una amenaza mayor.
Desde mi punto de vista, si algo puede haber caracterizado la gestión de Powell (por cierto, recientemente ratificado para otro periodo en el cargo) ha sido su estrategia de comunicación. La muestra es la reducción de compras del banco central.
Un hecho que en el 2013 sacudió a los mercados con la mera mención que en aquel entonces hizo el presidente Bernanke, ahora se fue dosificando poco a poco, sin un lenguaje ambiguo, de tal modo que cuando se decidió su impacto fue desapercibido.
En dicho proceso, Powell ha puesto la mejoría en los niveles de empleo como la señal inequívoca de recuperación que pudiera activar una reacción adicional en sentido restrictivo de la Fed, hasta antier.
El punto nodal del “pivoteo” es poner a la inflación de nuevo en el centro de atención de los inversionistas luego de haberla despreciado por varios meses.
¿Se trata del reconocimiento de un error? No sabemos, depende de lo que se comunique de ahora en adelante. Si no va a usar la palabra transitorio ¿usará otra definición para sostener una visión laxa y atemporal de las presiones? ¿Entrará la Fed en un proceso acelerado de “actualización” con respecto a las circunstancias contra las cuales se alejó?
Lo que no hay duda es que la incertidumbre en los mercados es mayor. La carga de riesgo por distintos factores ha subido de manera relevante a finales de noviembre y el cierre del año va a ser volátil y menos favorable para los mercados.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Definicion-y-mas-dudas-20211124-0137.html