Alza de tasas sin orientación
La inflación se ubica en niveles altos y hay el reconocimiento implícito de que no va a descender rápido y que pudiera tener presiones adicionales en los siguientes meses.
La Junta de Gobierno de Banco de México sorprendió a los mercados con un alza de un cuarto de punto a la tasa de referencia el jueves pasado. La tasa ahora se ubica en 4.25%. Se trata de, al fin, un reconocimiento de que la trayectoria de la inflación es dos veces mayor al objetivo de 3%, se salió del rango de tolerancia y al parecer no regresará a los mismos en varios trimestres.
La inflación de la primera quincena de junio volvió a sorprender al alza. Las sorpresas acumuladas a lo largo del año contra lo esperado en la inflación general suman 142 puntos base y en la subyacente 80 puntos.
Su propio mandato le obliga a Banxico a enviar una señal de preocupación y al mismo tiempo de activarse en provocar esa trayectoria de baja. Lamentablemente, a juzgar por las recientes de decisiones de política monetaria, por lo incierto del ambiente a nivel global, por la posible persistencia de la inflación y por los cambios que se avecina en la integración del propio órgano, el movimiento no genera mucha confianza entre los inversionistas que ahora esperan una secuencia de incrementos en donde el nivel final es desconocido.
Vea las decisiones anteriores. A raíz de la pandemia, el Banco de México decidió reducir rápidamente la tasa de referencia. Realizó bajas de medio punto porcentual cuatro veces y en septiembre decidió reducir un cuarto de punto. La tasa a la que llegó (4.25%), aún se ubicaba muy lejos de las reducciones violentas que hicieron sus contrapartes en mercados emergentes. Apenas en enero, con una decisión unánime, decidió bajar otro cuarto de punto (4%).
Claramente la lectura de la inflación no fue la correcta. No solo hubo el incremento estadístico del comparativo contra inflaciones muy bajas en marzo y abril, sino que hacia el cierre del segundo trimestre la inflación se ubicaba muy por encima de los estimados que había en enero.
Ahora, Banxico reconoce tal hecho y cambia de dirección el rumbo de las tasas. ¿Hasta dónde? No se sabe. ¿Bajo qué secuencia? Tampoco. No hay ninguna orientación que se pueda conjeturar de la función de reacción de Banxico, ni en documentos oficiales y menos en declaraciones extraoficiales.
La inflación se ubica en niveles altos y hay el reconocimiento implícito de que no va a descender rápido y que pudiera tener presiones adicionales en los siguientes meses. Lo describe el mismo Banco en su más reciente informe trimestral en donde espera la convergencia a niveles cercanos al objetivo hasta el segundo trimestre del 2022, en una trayectoria súbita de baja a partir de enero. Esta resistencia de la inflación a bajar puede mantener a Banxico subiendo tasas.
El ambiente a nivel global tampoco es muy favorable. Se sigue discutiendo si la inflación elevada que ahora se observa en el mundo desarrollado será temporal o no. La misma Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos resaltó los riesgos de que la inflación se sostenga en niveles elevados por más tiempo del que prevé. No hay un comentarista o casa de análisis que no proyecte tasas de interés más altas y se tiene la idea de que para el segundo semestre del 2022 la Fed podría reactivar un alza de sus tasas de referencia.
Por último, hay que resaltar que se trató de una decisión dividida. Esto implica que hay dos miembros de la Junta de Gobierno que aún piensan en que no es necesario un aumento de tasas en estos momentos.
El sesgo hacia no subir la tasa debe de responder a dos vertientes: Una, que la holgura en la economía es amplia y la fuerza de la recuperación es insuficiente para provocar una permanencia de aumentos en los precios. Eso no es lo que se ve en los datos. La inflación del sector servicios ha sido de los elementos que ha presionado la inflación subyacente (aquella que excluye elementos volátiles como la energía o los alimentos). Dos, la intención de mantener condiciones menos restrictivas con la idea de apoyar la recuperación, algo que se sale del mandato del instituto central.
A eso añádale que en enero próximo habrá un nuevo gobernador que no tiene experiencia en banca central. No sabemos si eso cambie o no la orientación de la Junta, pero simplemente tal hecho en estos momentos constituye un elemento más de incertidumbre.
Pienso que el Banco de México deberá seguir elevando la tasa de interés en los siguientes comunicados. Tanto el mercado de futuros de la tasa interbancaria TIIE como de los Cetes de un año descuentan un ciclo de al menos un punto más de alza, para ubicar a la tasa de referencia cerca del 5.5% dentro de 12 meses.
Lamentablemente, la evidencia de tener un órgano hasta ahora reactivo y una inflación que no necesariamente responde a las condiciones de crecimiento de la economía, hacen que una decisión como la de la semana pasada que debiera generar confianza para rehacer posiciones en bonos de largo plazo resulte inocua en el mercado de dinero.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Alza-de-tasas-sin-orientacion-20210630-0123.html
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