Sin inflación a la vista
Los más recientes datos relacionados con la inflación en Estados Unidos apuntan a menores presiones. Lo anterior lo reflejan los mercados, asumiendo que las tasas de interés serán también inferiores hacia adelante. En México, la inflación sigue situándose en un nivel muy bajo, pero aquí no existen las mismas señales. ¿Por qué? ¿Podríamos pensar en que, de perdurar la mala situación de crecimiento, la inflación se podría arraigar en niveles más bajos?
La información de Índice de Precios al Productor en Estados Unidos para septiembre denota una importante baja en el indicador. El índice general descendió a un nivel anual de 1.4%; el índice subyacente, que mide la inflación sin tomar en cuenta los aumentos de precios de rubros muy volátiles como la energía y los alimentos, bajó también, de 2.4% al cierre de agosto a 2 por ciento.
Es probable que al leer esta nota la inflación al consumidor de septiembre ya se haya publicado. Hasta agosto, el dato anual de la inflación general es de 1.7 por ciento. Los analistas esperan que la inflación en septiembre haya repuntado a 1.8 por ciento.
Cualquier dato que resulte menor o que se ubique por debajo del mes anterior confirmará la sospecha de que las fuerzas en cuanto a aumentos de precios en Norteamérica tiran hacia mayores descensos mientras la economía se debilita y los consumidores pierden capacidad de compra.
Tradicionalmente, la diferencia de las tasas de interés nominales contra las tasas reales (aquellas que pagan una diferencia sumada a la inflación del periodo correspondiente, el equivalente en a los Udibonos mexicanos) se considera un buen indicador de en dónde se ubican las expectativas para la inflación.
En estos momentos, la diferencia entre la tasa el bono del Tesoro a dos años y la tasa real a dicho periodo es de 1.2%, y si tomamos bonos a plazos de 10 años la diferencia es 1.49 por ciento.
La sensibilidad de los agentes refleja que anticipan inflaciones muy bajas hacia adelante, y además esperan una mayor baja de las tasas de referencia.
Los signos recientes en el exterior vuelven a mostrar una tendencia hacia un menor crecimiento y la ausencia total de expectativas inflacionarias, así como la presencia de un temor velado de que los precios sigan disminuyendo. Los argumentos para que los inversionistas anticipen una baja de tasas por parte de la Fed el próximo día 30 permanecen vigentes.
Ahora bien, en México la inflación general se ubica en 3%, justo en el límite inferior de la banda de tolerancia que el mismo Banco de México (Banxico) ha definido.
La baja ha sido vertiginosa, y se debe en especial a la reducción importante de precios en dos rubros: los energéticos, que han bajado 6.9%, y el de precios de bienes agropecuarios. Ambos subíndices son considerados volátiles, y si los excluimos del cálculo la inflación restante (la subyacente) se ubica muy por encima, sobre 3.7 por ciento.
El Banxico ha expresado que la resistencia de la inflación subyacente a disminuir es uno de los principales riesgos que observa, con la cual ha argumentado su ritmo pausado de reducción de la tasa de referencia.
De acuerdo con análisis hechos por el propio instituto central, la inflación subyacente ha resentido la presencia de choques importantes en el inicio del año que propiciaron los ajustes de precios observados, como el aumento de los precios de la energía en el 2018, la depreciación del peso y el aumento de los precios de algunas materias primas.
Por lo pronto, sabemos que la política de precios en el sector de energía apunta a que sigan sin presentarse aumentos superiores a la misma inflación. También observamos la caída de los precios de la energía y otros bienes básicos en meses recientes en el ámbito internacional. Por último, vemos un tipo de cambio estable.
Si hacemos caso a la orientación de las presiones inflacionarias en el exterior, que vuelven a ser hacia descensos de precios, y asumimos que las condiciones de crecimiento en México no mejorarán pronto, podemos asumir que es más probable que la inflación subyacente en México converja hacia un nivel menor.
Las tasas en México son muy altas y el Banxico las va a seguir bajando. La pregunta es si la Junta de Gobierno se atreverá a intensificar el ritmo de baja.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Sin-inflacion-a-la-vista-20191009-0101.html
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