Repartición de culpas
Las bolsas cayeron de nuevo por quinto día consecutivo afectadas por una fuerte caída en el sector financiero ante el temor, por parte de los inversionistas, de una regulación más restrictiva después de las elecciones. Seguramente pensó en una nota más explicando el desplome de la bolsa de México, pero no, se trata de una nota de Reuters sobre el comportamiento de los mercados el día de ayer en Estados Unidos.
La dinámica de los mercados en México en efecto ha sido desastrosa en los meses de octubre y noviembre. Una buena parte de la fuerte caída de la bolsa, la devaluación del peso y el consecuente aumento de las tasas de interés, que veremos capitalizado el día de hoy con un aumento más por parte de Banxico, se centran en la incertidumbre provocada por la forma en que el gobierno entrante ha tratado asuntos de relevancia como la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco o la posible restricción de cobro de comisiones a los bancos.
Pero no pierda perspectiva, en la observación de un solo árbol tambaleante como pueden ser los indicadores de México, la visión del bosque, entendido como el aspecto de los mercados en el mundo, tampoco es halagüeña. El contexto económico mundial presenta también muchos temas inciertos que infunden temor a los inversionistas; entre ellos, el principal, es la posibilidad de un descenso abrupto de la tendencia de crecimiento que ya se observa en algunas regiones y que podría continuar afectando el rendimiento de los mercados.
Ya lo mencionábamos hace un mes (Entre Nervios, El Economista 18 de octubre de 2018): “No solo el temor de un alza veloz de tasas juega en contra de los inversionistas globales, también lo hacen los temores relacionados con el crecimiento”. El día de ayer se publicaron confirmaciones de que la tendencia de crecimiento es de declive en Europa y en China, ello acrecienta la preocupación de los inversionistas a nivel global por el crecimiento en el 2019 y arraiga la cautela en los mercados.
La economía ancla en Europa, Alemania, registro un descenso en su producto Interno Bruto de -0.2% en el tercer trimestre, la primera caída trimestral desde el 2013, dando lugar al crecimiento más bajo en la región desde ese entonces. Por su parte, la economía de Japón se contrajo en -1.2% en el mismo período después de haberse expandido a tasas cercanas al 3% positivo en la primera mitad del año.
Mientras tanto el letargo en el crecimiento continua su marcha en China en donde las disputas comerciales han reducido la dinámica de consumo. Las ventas comerciales en octubre crecieron a una tasa anual de 8.6% por debajo del 9.2% registrado en septiembre. De acuerdo información sobre la sensibilidad del sector manufacturero a nivel global los niveles de producción crecieron a su tasa más baja en 28 meses y las ordenes de exportación disminuyen desde hace un par de meses.
Los efectos en los mercados de esta situación son bastante visibles y muy poco favorecedores. Por un lado, la postura rígida del gobierno americano con respecto a las disputas comerciales y el temor de que éstas se intensifiquen genera una perspectiva que fortalece al dólar contra la mayoría de las monedas. En segundo lugar, la misma debilidad económica y la fortaleza del dólar impactan la perspectiva de los precios de bienes básicos, en especial el petróleo (La OPEP confirmó ayer su expectativa de menor demanda en 2019 y desplomo el precio del petróleo en cerca de 7% el martes).
Menor crecimiento en el horizonte, un dólar fuerte, tasas de interés al alza, precios de bienes básicos a la baja y un ajuste en los mercados es un cocktail que muy pocas economías emergentes pueden resistir. Por ello hemos visto al segmento continuar en una debacle de ajustes en sus bolsas y en sus tasas de interés. México no se aísla de estos efectos. Es posible que, al día de hoy, aún sin la incertidumbre generada por las acciones recientes del nuevo gobierno tuviésemos un peso más débil, una tasa de interés con propensión a subir y una bolsa que valdría menos.
De sobra esta decir que las incertidumbres domésticas son una caja de resonancia enorme para este contexto. Luego entonces, los mercados en México necesitarán, no sólo de una reducción de los temores con respecto a los temas que se han abierto a nivel local, sino de un contexto que mejore. Muchos nos preguntan dónde está el piso en los ajustes de nuestras variables (tipo de cambio, tasas bolsa), solo podemos decir que, cualquiera que este sea, no luce muy firme por el momento y eso se debe a la combinación de circunstancias adversas no solo derivadas del cambio de gobierno.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/mercados/Reparticion-de-culpas-20181115-0063.html
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