La vulnerabilidad del peso
Luego del episodio de los últimos días en donde el peso volvió a depreciarse contra el dólar, en sincronía con la especulación sobre los magros resultados de la reciente ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), la pregunta que se hacen muchos es si el destino del Tratado es la única kriptonita para México o existen otros elementos a considerar.
Muchos participantes en el mercado se preguntan si la tendencia de devaluación puede ser tan intensa como la vista desde septiembre del 2014 y principalmente si podría generarse el furor pesimista que vimos entre noviembre del año pasado y enero de este año.
El peso experimentó un vuelco a partir de la segunda quincena de febrero, cuando los participantes en los mercados visualizaron varias cosas.
Una de ellas fue que la intención del presidente Trump de cerrar el TLCAN a través de una orden ejecutiva para después negociarlo no tenía pies; más aún cuando se acumularon asuntos de relevancia en la administración norteamericana que hicieron ver como poco viable una interrupción de las operaciones comerciales.
Luego, la disposición a entablar una serie de rondas de negociación distendió más el nerviosismo y acabó por fortalecer contundentemente al peso.
Pero no fue eso lo único que lo fortaleció. Pasaron también otras cosas. Una fue que el gobierno, con gasolinazos y todo, logro enderezar la perspectiva de las finanzas públicas. Pasamos de una tendencia de franco deterioro del déficit público, y de fuerte crecimiento de la deuda, a una más estable durante el 2016. La manera en que se logró sigue planteando dudas pero al final se superó la prueba de la amenaza que habían hecho las calificadoras de reducir la calificación de la deuda de México.
En segundo lugar, el Banco de México actuó. No lo había hecho con fuerza hasta noviembre del año pasado. Entre noviembre y marzo la tasa de interés de corto plazo se duplicó y con ello se creó un entorno muy distinto en términos de costo para quienes quisieran especular contra el peso.
Estos factores lograron que el peso tuviera un momento de revaluación muy amplio y, para sorpresa de muchos incrédulos, fuese la moneda más fuerte en el primer semestre del año. Pero no hay que olvidar que otro factor que ayudó fue que el dólar se debilitó contra casi todas las monedas en dicho periodo.
¿Cómo estamos hoy en día? Ciertamente las negociaciones sobre el TLCAN se volvieron ríspidas, aumentó la incertidumbre y resurgió el espectro de un colapso del Tratado. La expectativa de una declaratoria unilateral de abandono permeó por algunos momentos a los mercados en días pasados. Ahora, lo que sabemos es que se han extendido los plazos de la negociación.
Los inversionistas tienen más incertidumbre, pero la línea general de pensamiento sigue siendo que una cancelación abrupta del TLCAN es poco probable por razones tanto económicas como técnicas. Es difícil pensar un escenario como tal en donde las tres partes no pierdan y por otro lado es sensato pensar que el reordenamiento de un flujo comercial tan grande (el mayor del mundo) y el remplazo de una cadena productiva tan integrada se haga rápido.
Por otro lado, las políticas monetaria y fiscal parecen estar más en orden y alineadas ajustarse conforme se requiera si las presiones.
Pero no hay que ser ciegos, el peso sigue siendo una moneda frágil. La solución en las finanzas públicas está lejos de ser definitiva, la inflación no ha cedido gran cosa y las cuentas externas pueden verse vulneradas por la ausencia de inversión en el plazo en que México siga teniendo tal nivel de neblina en su futuro como economía.
Al parecer, el tipo de cambio nos mantendrá en un nivel elevado de estrés hasta que se defina el resultado de la negociación y, si este es negativo, deberá subir. Sin embargo, intuitivamente hay que pensar que, en dicho lapso, podríamos ver movimientos que no serán de la magnitud de los vistos hace un año.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/La-vulnerabilidad-del-peso-20171018-0113.html
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