Las bolsas y Trump
Muchas clases de activos han repuntado fuerte después de la elección en los Estados Unidos. Nada más los principales índices bursátiles acumulan ganancias cercanas a 10% en un solo mes. (8% para el Índice Standard & Poor’s, 10.7% para el Dow Jones y 7.7 % en el caso del Nasdaq). Por su parte, el mercado de bonos sufre importantes pérdidas
Las tasas de interés para los bonos del tesoro a 10 años completaron, un aumento de casi 60 puntos base, aquellas con plazo a dos años han subido casi 50 puntos base.
Este contexto descuenta un escenario específico de recuperación de crecimiento y de mayor inflación, algo sobre lo que hay pocos elementos que lo validen, salvo la entrada del nuevo gobierno y la implementación de políticas fiscales de estímulo.
Lo que los inversionistas en los mercados asumen responde a las intenciones expuestas antes y después de la elección por el equipo de Trump: menores impuestos y mayor gasto público (en especial en infraestructura).
Ambas políticas apuntan a una situación novedosa e inspiran optimismo con relación al crecimiento, pero no están exentas de problemas.
Sin embargo, nos parece que hay un adelanto excesivo con relación a lo que veremos en la realidad durante el 2017.
Creo que el inicio del año puede tener el mismo tono que el actual entre los inversionistas.
El optimismo relacionado con la entrada del nuevo gobierno y la posibilidad de un crecimiento e inflación mayores seguirá influyendo en los mercados en los primeros días del 2017 y seguramente mantendrá a las bolsas cerca de niveles máximos.
Pero el desarrollo de los eventos durante el año no luce muy favorable para que el rally sea contundente.
Hay varios temas relacionados con una política fiscal agresiva y un aumento en el crecimiento.
Primero, Estados Unidos ya tiene un déficit fiscal excesivo y un endeudamiento muy elevado.
Eso puede ocasionar dificultades previsibles en los aumentos a los topes de endeudamiento o bien advertencias con relación a la calificación de deuda, tal y como sucedió tres veces en la presidencia de Obama.
En segundo lugar, que Donald Trump tenga éxito en su propósito de impulsar a la economía seguirá marcando factores adversos a las acciones.
Un impulso desenfrenado del gasto puede hacer aumentar más rápidamente a la inflación (actual y esperada). Ante ello, la FED que podría intentar elevar más las tasas de interés si lo anterior se hace realidad.
Independientemente de lo que haga la Fed, seguramente las tasas de largo plazo porían continuar su ajuste al alza que hasta el momento ya luce agresivo.
Si bien un mejor crecimiento puede ser benéfico para las bolsas en un inicio, hay que recordar que los niveles de valuación siguen siendo excesivos y que el nivel de las tasas de interés sumamente bajo fue el principal factor de que se aceptaran múltiplos más elevados para las acciones.
Si las tasas suben más agresivamente, ello representara eventualmente un factor adverso para el mercado.
Como decía, el inicio del año puede seguir pintando bien, con las bolsas, en especial en Estados Unidos sosteniéndose cerca de niveles máximos. Pero nos parece que el escenario que descuentan está lejos de realizarse, lo cual abrirá el espacio, conforme pase el tiempo para un momento de decepción; o bien, de realizarse, significará un factor adverso muy importante para la valuación de las emisoras. Tal parece que la alegría puede seguir en las bolsas, pero que el primer semestre del 2017 será su mejor momento.
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Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
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