¿Romperá la tradición la FED?
Apegados a la historia de las últimas décadas, es difícil anticipar que la Reserva Federal en Estados Unidos (FED) decida aumentar las tasas un mes antes de que haya un proceso de elección presidencial. También es complicado deducir tal movimiento en un ambiente en los mercados que no lo descuenta; sin embargo, es posible a la luz de la estructura de incentivos que predomina hoy en día.
Los miembros del Comité de Mercados Abiertos de la FED tienen claro que deben apuntar hacia un aumento de tasas mientras la economía siga dando señales de recuperación. Es parte del proceso de normalización que han impuesto desde hace más de un año, aunque no hayan dado muchos pasos en tal sentido. Sin embargo, la debilidad en la economía global y la fuerte sensibilidad que pueden tener los mercados financieros ante un ciclo de alza de tasas hace que los mismos participantes descuenten que las autoridades no podrán tomar acciones decisivas por lo menos en el futuro previsible.
En estos momentos hay la sensación de que la economía de los Estados Unidos está un una situación aceptable. Más aún, hay una creación de empleos sobre niveles satisfactorios desde hace cuando menos un par de meses y con aumentos salariales que no se habían observado en maños anteriores. La misma presidenta de la FED se encargó de recalcar que la situación actual apunta a nuevos aumentos de tasas en el futuro. Sin embargo, señaló que necesitan mas evidencia.
No obstante, hay elementos que pueden hacer dudar a las autoridades para tomar tal decisión. En primer lugar, hay la posibilidad de fortalecer más al dólar contra otras monedas (por el sentido contrario de la política monetaria con relación a otras regiones) lo cual podría recudir al velocidad de la recuperación, especialmente en el sector industrial norteamericano. Por otro lado, vemos mercados financieros con precios en niveles máximos que pudieran ser muy sensibles a una expectativa sorpresivamente diferente en cuanto al ritmo de alzas esperadas en el futuro.
Otro elemento de relevancia es la cercanía de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Tradicionalmente la Reserva Federal se abstenía de modificar la postura de política monetaria en momentos similares para no afectar la decisión los electores ni mostrar un sesgo de preferencia hacia algún candidato.
El próximo día 21 de septiembre la FED decidirá si continua con la tradición de reservarse un movimiento detasas. Los mercados están atentos a la cifra de creación de empleos que se publicará el día de mañana para ver si descuentan con mayor fuerza un evento que luciría como poco probable.
En los mercados observamos un estancamiento reciente. Hacen falta definiciones claras sobre la situación económica y su impacto en las variables financieras. Lo que diga la FED es muy importante y por ello los próximos días es posible que veamos la prolongación de los bajos volúmenes de operación, así como las reacciones violentas si los datos muestran una sorpresa, en especial los del empleo.
No olvide que los mercados han sido sumamente sensibles a los acontecimientos en los últimos meses. No nos parece que la posibilidad de virajes fuertes en la percepción se haya reducido. Ahora sí que puede pasar cualquier cosa dependiendo de la dirección en la recuperación y lo que las autoridades juzguen que deben seguir haciendo.
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