¿Mayor certidumbre?
Hay quienes aseguran que la presencia de datos que confirmen una desaceleración en la economía estadounidense (tal como los que hemos visto a lo largo de esta semana) reduciría la incertidumbre en los mercados por el simple hecho de que volvería a ampliar la idea de que la Reserva Federal (FED) no le va a hacer nada a las tasas de corto plazo el 16 de diciembre próximo.
Hay quienes afirman que si los datos reflejan mejoría, entonces habrá menos incertidumbre porque sería más seguro que la Fed, ahora sí, aplicaría un incremento de tal vez un cuarto de punto porcentual sobre las tasas de referencia; es decir, a plazos de un día.
Mientras tanto los mercados bursátiles registran la mejor racha positiva desde el 2011, el dólar se ha vuelto a revaluar contra muchas monedas y las tasas de largo plazo han subido marginalmente. Por otro lado, la presidenta de la Fed hace declaraciones que indican que los riesgos a la baja en la economía de su país han descendido y que es una posibilidad clara que el Comité Federal de Mercado Abierto subirá la tasa en diciembre.
¿Cómo encadenamos todo lo anterior? Los participantes en los mercados no son tontos. Si bien han frenado su impulso ante recientes declaraciones de la Sra. Yellen, lo que compran es la presencia de un entorno muy claro de políticas monetarias de impulso y de tasas de interés en niveles muy bajos todavía por mucho tiempo más.
En Europa, China y Japón las autoridades siguen decididas a estimular a la economía a través de bajas de tasas, inyección de liquidez y recompra de bonos, entre otras medidas. Si la Fed sube un poquito sus tasas, tal entorno no va a cambiar y, honestamente, no hay argumentos sobre la mesa para que las autoridades monetarias en Estados Unidos piensen en aplicar incrementos seguidos a la tasa.
Entonces, el famoso y tan hablado evento de una posible alza de tasas en diciembre tal vez no resulte el corrector que fue entre agosto y las primeras semanas de septiembre cuando, además de información económica adversa, se gestó la gran incertidumbre provocada por el descenso de crecimiento en China y el anuncio de la devaluación del Yuan.
Hoy parecen las cosas más tranquilas en ese terreno y los participantes temen menos a un descenso adicional de la actividad en China. Nadie espera que los precios de los commodities reboten, no se espera tampoco un crecimiento que sorprenda con tasas muy elevadas en ninguna región desarrollada. Por lo tanto, hay quizás más certidumbre de lo que muchos piensan.
El hecho de que los portafolios de inversión se hayan constituido de nuevo con posiciones en bolsa y en mercados emergentes no quiere decir que haya una demanda especialmente grande. De hecho los volúmenes en muchos mercados son bajos, lo cual es un síntoma de que la compra especulativa se hace con mucha moderación.
¿Usted qué cree que pase cuando la Fed se mueva? Como ya dijimos, el entorno seguirá siendo de grandes estímulos y crecimientos modestos; es lógico pensar que los inversionistas empezarán a especular acerca de un segundo movimiento y, si hacemos caso a las indicaciones que han hecho las mismas autoridades, éste no será inmediato.
Sólo la percepción de una tendencia definida y continua de alza en las tasas provocará una corrección importante en las bolsas; eso está lejos de pasar en Estados Unidos, pero aun en otros mercados desarrollados, así que saque conclusiones.
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Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en su versión online.
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