Columna: ¿Y qué pasa si las tasas no bajan?
Columna: ¿Y qué pasa si las tasas no bajan?
Hay un proceso de corrección en los mercados, en especial el de deuda, durante todo febrero. Las tasas de interés mantienen una tendencia de alza. Se trata de un nuevo episodio de decepción provocado por los datos de crecimiento mejores a lo esperado y la información que muestra que el proceso de descenso de la inflación parece estancarse.
Los inversionistas ya no descuentan la baja acelerada de tasas para el año, como lo hacían a principios del año, ahora hay una expectativa de una tendencia de baja muy moderada y que apunta al segundo semestre. ¿Qué pasaría si hacia tales fechas los banqueros centrales vuelven a “decepcionar” a los inversionistas?
La semana pasada se publicaron datos sobre la inflación al consumidor y al productor que se ubicaron muy por encima de lo esperado. El Índice de Precios al Consumidor (CPI, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos registró un incremento mensual de 0.3% en enero, superando las proyecciones del consenso, que anticipaban un aumento de 0.2 por ciento. En la comparativa anual, el índice alcanzó el 3.1%, superando la previsión de 2.9 por ciento.
Por otro lado, el CPI subyacente (que excluye rubros de precios volátiles como energía y alimentos) registró un alza de 0.4% m/m, excediendo igualmente las expectativas de un 0.3% m/m. A tasa anual, este índice experimentó un crecimiento del 3.9%, permaneciendo constante con respecto al mes anterior.
Por otro lado, el índice de precios al productor (PPI, por sus siglas en inglés) se ubicó en, 0.3% m/m, por encima de las previsiones del mercado (0.1%m/m), impulsado principalmente por un considerable aumento en los precios de los servicios (0.6% m/m).
La reciente información sobre inflación revela que la concreción de una baja hacia los objetivos continúa presentando desafíos. El cambio de expectativas es notorio. La probabilidad implícita contenida en las cotizaciones de los futuros de fondos federales ya no descuenta una baja en marzo y redujeron mucho la probabilidad de que eso suceda en mayo. El escenario se ha recargado de una importante incertidumbre.
La Reserva Federal (Fed) no reduce las tasas solo por la intención de reducirlas. El banco central está obligado a cumplir con un mandato que le instruye lograr pleno empleo y la estabilidad en la inflación. Lo que se observa ahora es justo un crecimiento elevado, una situación de empleo muy estable y la inflación bajo control con relación a donde se ubicó en los últimos dos años.
Lo anterior no le genera urgencia de actuar a la Fed. El famoso “aterrizaje suave” está resultando muy moderado o incluso inexistente, podríamos estar en medio de un escenario de “manteniendo el vuelo”.
Entonces, la expectativa de baja de tasas parece alimentarse solo de la percepción entre los inversionistas de que éstas son muy elevadas y que deberían bajar en la proporción que el mercado aun descuenta. El nivel de las tasas no parece ser restrictivo, pero genera mucha comezón y también temores persistentes de que el freno en los siguientes trimestres sea brusco, aunque no se note por ningún lado.
Por lo pronto, no se esperan sorpresas positivas ni en las cifras de empleo ni en las de inflación en los siguientes meses. Más bien se anticipa que el crecimiento siga mostrando la fortaleza que hasta ahora lo ha caracterizado y posiblemente una leve desaceleración con respecto a la velocidad de cierre del año.
Va a ser muy importante la reunión de marzo de la Fed. No se espera, como ya decía, que baje las tasas en esa ocasión, pero va a volver a publicar su pronóstico sobre la trayectoria de las tasas y es probable que, a la luz de la información, éste se modere de alguna manera.
Este es el gran factor de incertidumbre que hay ahora. No solo si la inflación va a lograr bajar rápido hacia el objetivo sino también calibrar si la información económica va a generar un contexto favorable para ello.
¿Qué tal si llegamos a mayo o junio y se sigue observando un crecimiento robusto mayor al esperado, junto con lentitud en la baja de la inflación? Es muy posible que la Fed mantenga su discurso actual y genere una decepción sobre expectativas. Esperemos que el escenario tan incierto ayude a evitar que nuevamente los inversionistas tengan expectativas demasiado complacientes.
En México no hay una situación muy diferente. El principal argumento que sostiene la expectativa aun vigente de que Banxico baja la tasa en marzo es la idea de que la tasa nominal de referencia al 11.25% o la tasa real ex ante (para los próximos doce meses) es demasiado elevada. Aquí también hay un crecimiento muy fuerte, en especial en el consumo y servicios y también se observa una dificultad de la inflación para ganar terreno a la baja.
El mandato de Banxico es uno solo y es cuidar la inflación ¿Cuál es la prisa por reducir la tasa si no está siendo restrictiva y el ambiente se volvió a hacer muy incierto? La junta de Gobierno no razona solo con el nivel de la tasa real; el riesgo de mandar una señal equivocada o de evidenciar una mala lectura es alto. Creo que Banxico debe seguir mostrando preocupación por el descenso de la inflación subyacente que parece también “aplanarse” en las expectativas de los participantes en el mercado.
Columna: ¿Y qué pasa si las tasas no bajan?
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