Columna: ¿Por qué los mercados se pusieron de buenas?
Columna: ¿Por qué los mercados se pusieron de buenas?
Hasta el viernes pasado las tasas del bono del Tesoro a 2 años cotizaron en niveles de 5.15%, mientras que las correspondientes a la tasa de 10 años llegaron a cotizar en 4.90%, su nivel más elevado desde el 2007. Sin embargo, a partir de esta semana vimos un drástico descenso en los réditos. Básicamente éste se debió a que varios representantes de la Fed hicieron declaraciones muy relevantes.
Los acontecimientos en Israel no parecen haber afectado mayormente a los mercados financieros. A pesar de las noticias, y de datos económicos que aún muestran una tendencia muy sólida de crecimiento, los mercados abrieron la semana con movimientos muy favorables.
La razón principal es un efecto tranquilizante con relación a la trayectoria de las tasas de interés en el futuro previsible.
Durante las dos semanas previas observamos una fuerte presión al alza sobre las tasas de interés, en especial, en las correspondientes a plazos más largos.
La presión provino de una serie de eventos: la perspectiva de mayor déficit fiscal en Estados Unidos y su correspondiente mayor colocación de deuda; el comunicado de la reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) del 20 de septiembre en donde se confirmó la perspectiva de un aumento adicional de la tasa de referencia en noviembre, así como la permanencia de tasas elevadas prácticamente todo el 2023.
Los datos económicos más recientes reflejaron una perspectiva sólida de la economía, en especial una fuerte creación de empleos y un aumento en el número de vacantes.
Hasta el viernes pasado las tasas del bono del Tesoro a 2 años cotizaron en niveles de 5.15%, mientras que las correspondientes a la tasa de 10 años llegaron a cotizar en 4.90%, su nivel más elevado desde el 2007. Sin embargo, a partir de esta semana vimos un drástico descenso en los réditos. Básicamente éste se debió a que varios representantes de la Fed hicieron declaraciones muy relevantes.
El vicepresidente Philip Jefferson dijo que la Fed podría “proceder cautelosamente” al decidir si más aumentos en la tasa de referencia serían adecuados.
Jefferson comentó que analizará los recientes incrementos en las tasas del mercado secundario para evaluar su siguiente voto.
Por su parte, la presidenta de la Fed de Dallas, Lorie Logan, dijo que los mayores rendimientos que exigen los inversionistas para invertir en instrumentos del Tesoro podrían “contrarrestar la necesidad de tasas de interés más elevadas”; asimismo, el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, consideró que las tasas no deberían aumentar más.
Incluso, uno de los miembros más agresivos, Michelle Bowman, moderó su expectativa que hasta hace un mes era que se requerían múltiples aumentos en las tasas para controlar definitivamente a la inflación.
En resumen, los miembros de la Fed aportaron verbalmente un respiro a los mercados. De igual modo, es relevante hacer notar que las expectativas con relación a la tasa de interés siguen siendo, por mucho, la variable más importante.
¿Qué cambió en la óptica de la Fed? Por un lado, la situación geopolítica que acrecienta la incertidumbre, pero también la evolución reciente en los mercados de crédito.
La tasa para adquirir un crédito hipotecario ha subido hasta un nivel de 7.5%, ello significa que los pagos mensuales para quienes contratan un crédito ahora se han más que duplicado con relación a los que había en el 2021. Durante septiembre esta tasa aceleró su subida.
Por su parte, el aumento de las tasas a plazos mayores a la referencia diaria provocó un salto de la tasa aplicable a los créditos para adquirir un coche a un plazo de 48 meses a niveles superiores al 8%; en el caso de las tasas aplicables a las tarjetas de crédito el nivel ya supera el 20 por ciento.
El día de ayer la Federación Nacional de Negocios Independientes (NFIB, por sus siglas en inglés) publicó cifras en donde se observa un aumento relevante en el deterioro de las condiciones para adquirir créditos en negocios medianos y pequeños. No solo la disponibilidad se ha reducido, sino que las tasas para créditos de corto plazo se han elevado a un nivel del 10 por ciento.
La violencia del aumento de las tasas ha provocado que los miembros de la Fed vean la posibilidad de que el freno en el consumo y la actividad económica sea más brusco de lo que hasta ahora se ha visto.
Las declaraciones en sentido de no aumentar más la tasa de referencia han provocado una caída de los réditos en todos los plazos de la curva de rendimientos y una recuperación de las bolsas, así como un debilitamiento del dólar contra la mayoría de las monedas. Los comentarios han provocado un momento de propensión al riesgo por parte de los inversionistas en los mercados globales, por ello la relativa importancia que han tenido los eventos en el orden geopolítico, hasta ahora.
Si la Fed efectivamente no aumenta las tasas en noviembre, los mercados pueden recuperar terreno con respecto a las pérdidas registradas en el tercer trimestre. Pero la realidad es que poco ha cambiado hasta ahora en la economía; en mi opinión, falta un recorrido largo de publicación de datos (sobre todo inflación al consumidor y empleo), así como en la evolución de los nuevos factores de riesgo como para “echarse de cabeza” a invertir en activos de riesgo.
Al final de cuentas la permanencia de tasas altas en un periodo prolongado sigue sobre la mesa. Creo que vale la pena “pagar por ver” qué es lo que viene.
Columna: La carga de riesgo.
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Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Por-que-los-mercados-se-pusieron-de-buenas-20231011-0124.html
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