Columna: La cola de la serpiente
Columna: La cola de la serpiente
Los inversionistas asumen que ante los eventos actuales la Fed y otros bancos centrales se verán obligados a no modificar más el nivel de las tasas y a ejecutar un pivoteo.
Si la semana pasada le hablaba de la ausencia de espacio para tomar riesgo, al escribir estas líneas la incertidumbre claramente se ha intensificado con los episodios catastróficos que se han presentado en el sector financiero de Estados Unidos y Europa. Emulando el juego de “Serpientes y Escaleras”, debemos decir que para efectos de las inversiones nos tocó caer en la casilla de la cola de la serpiente. Ahora falta ver de qué tamaño es y cuánto hay que retroceder en términos de retornos.
Los mercados han entrado en un “modo de crisis”. Los temores sobre los riesgos no previstos en el sistema financiero se expandieron fuertemente el día de ayer rompiendo la aparente calma del martes. La preocupación sobre una potencial crisis bancaria ha generado una amenaza sobre las economías desarrolladas y ha provocado un viraje en el comportamiento de algunas variables que ya lucían poco predecible para el resto del año. Intentemos hacer algunas precisiones:
El problema del Silicon Valley Bank (SVB) se ubicó en sus fuentes de fondeo, con exposición a títulos de deuda que pierden valor con una subida en tasas de interés. Cuando muchos clientes pidieron reiterar su dinero, la liquidez se vio comprometida, pues estos títulos tienen un menor valor que el que tendrían de haberse mantenido a vencimiento. Lo anterior se vio además acentuado por la falta de recursos por un freno en los proyectos de financiamiento al sector tecnológico, que era un componente clave en su cartera.
Hay que considerar que la regulación a bancos regionales era más laxa que para grandes instituciones, lo que hace pensar en que otras instituciones tienen una mejor capitalización y mayor calidad en la publicación de sus estados financieros que no oculta estos riesgos de mercado.
El día de ayer la expansión del nerviosismo se derivó de los problemas de Credit Suisse (CS), no necesariamente similares. CS lleva años ya acarreando los golpes ocasionados por malas decisiones y actividades no legales a nivel global. Las noticias en Norteamérica y las declaraciones de su mayor accionista sobre no inyectar más dinero al banco desataron una fuerte especulación que al final de la jornada de ayer requirió el anuncio del Banco Nacional de Suiza de su disposición a solventar los problemas de la institución.
No parece ser el inicio de un colapso global. Después del anuncio del cierre de tres bancos, las autoridades en Estados Unidos instrumentaron una respuesta que pretende apoyar a los ahorradores con medidas de liquidez para las instituciones bancarias. La respuesta de las autoridades en Europa no debiera ser distinta.
No hay un problema derivado del impago de algún crédito como fue el 2008. El problema se centra en minusvalías que acarrean algunos activos de estos bancos invertidos en bonos, en combinación con la demanda masiva de dinero que realizan los cuentahabientes en una época de enorme propagación de rumores a través de la tecnología. El riesgo no es de impagos, es de corridas (depositantes tratando de sacar su dinero) contra los bancos en problemas.
Sin embargo, el anuncio de los sucesos de los últimos tres días ha cambiado fuertemente la percepción de riesgo de los inversionistas. Hay fuertes ajustes a las expectativas sobre el crecimiento de la economía norteamericana. Hay una mayor probabilidad de una recesión reflejada en los precios de muchos activos y hay una lógica huida hacia espacios menos riesgosos.
Los inversionistas asumen que ante los eventos actuales la Fed y otros bancos centrales se verán obligados a no modificar más el nivel de las tasas y a ejecutar un pivoteo, es decir, instrumentar una baja en los réditos muy pronto.
No hay duda de que las autoridades intervendrán con lo que sea necesario para consolidar la estabilidad de los bancos. Donde el tema se vuelve interesante es ¿qué harán ahora con las tasas?, ¿será suficiente esta crisis para asumir un mayor riesgo de recesión y por ende la pronta solución al problema de inflación?
El Banco Central Europeo y la Reserva Federal se enfrentan en los próximos días a decisiones muy difíciles en cuanto a la política monetaria. Es probable que de sus propias decisiones se derive el número de casillas que haya que retroceder. Desde nuestro punto de vista serán pocas, pero falta ver el tamaño de la serpiente.
Columna: La cola de la serpiente
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