Al interior de la inflación subyacente, los precios de las mercancías aumentaron 0.40% q/q (0.34% mercancías alimenticias, 0.47% no alimenticias). Destacaron por su contribución a la inflación los mayores precios de automóviles y leche. Los precios de servicios avanzaron 0.30% q/q.
En la parte no subyacente, el precio del huevo aumentó 6.20% en la quincena, el del gas 3.07% q/q, y del pollo 2.48% q/q. Sorprendió el recorte en tarifas eléctricas (-0.46% q/q). Los precios del jitomate y el chile serrano cayeron alrededor de 15% en la quincena.
La inflación probablemente mantendrá una trayectoria de baja hasta el cierre del año (5.35% y 5.00% estimados INVEX para la parte general y subyacente, respectivamente). El reto consiste ahora en anticipar los siguientes movimientos de Banxico hacia la tasa de interés terminal que prevemos en 11.50% (11.00% nivel actual).
De acuerdo con las más recientes minutas, la subgobernadora Irene Espinosa emitió una opinión disidente sobre el comunicado de política monetaria que se publicó el pasado 9 de febrero. La subgobernadora recalcó que los miembros de la Junta de Gobierno deberían ser “extremadamente cautelosos” en la guía retrospectiva, misma que “debe ser creíble y factible, sin arriesgar la reputación del Banco y sin minar la efectividad de comunicación con el mercado.”
Ciertamente, el más reciente comunicado de política monetaria establece que el incremento en la tasa de interés de referencia el próximo 30 de marzo sería inferior a 50 pb (“La Junta de Gobierno considera que ante la postura monetaria que ya se ha alcanzado y en función de la evolución de los datos, el incremento en la tasa de referencia en la próxima reunión podrá ser de menor magnitud”).
En la más reciente encuesta de analistas del mercado, 29 de 32 participantes (INVEX incluido) esperamos un incremento de 25 pb en la tasa de referencia en la próxima reunión. Al parecer, algunos muestran ciertas dudas sobre la contundente declaración que hizo la Junta el pasado 9 de febrero. La credibilidad en el banco central es fundamental para anclar las expectativas de inflación de largo plazo y sobre todo, para controlar la inflación.