Subir con más lentitud no es lo mismo que bajar
La semana pasada le relataba cómo en los mercados financieros se produjo un entusiasmo con relación a las expectativas de inflación para el año próximo. Este martes vimos un impulso adicional en dicho sentido con los datos favorables de inflación de noviembre.
Sin embargo, la Reserva Federal (Fed) el día de ayer pinchó el entusiasmo al subir la tasa de interés de referencia medio punto y mantener una postura de restricción que no parece que vaya a terminar pronto.
Como le decía, la inflación en Estados Unidos disminuyó tanto en la parte general como en la subyacente. En el primer caso, la tasa anual pasó de 7.7% a 7.1%. En el segundo, de 6.3% a 6.0%. Al interior del índice no subyacente destacaron las bajas en los precios de energía, principalmente gasolina. Los precios de alimentos continuaron al alza.
En cuanto al índice no subyacente (que excluye energía y alimentos), los precios de autos usados cayeron por quinto mes consecutivo ante una menor demanda de estos bienes y el componente de transportación finalmente se vio menos presionado; lo que aún no se modera son las rentas en el componente de precios de vivienda.
Los mercados mostraron una reacción muy positiva ante este dato. De llamar la atención fue el empuje de las tasas de largo plazo hacia niveles inferiores al 3.5% y un salto de retornos positivos en las bolsas.
Dos ideas secundaron tal optimismo: Una, el reforzamiento de la expectativa de menores aumentos a la tasa de interés de referencia por parte del banco central; la segunda, la idea de que el ciclo de restricción monetaria está cerca de su final y la posibilidad de ver descensos en las tasas de interés tan pronto como en el segundo semestre del 2023, debido a la trayectoria de baja de la inflación.
Ayer, los miembros del Comité de Mercados Abiertos (CMA) de la Fed se encargaron de consolidar una expectativa menos entusiasta. El comunicado oficial arguye que aumentos subsecuentes en la tasa de referencia serían apropiados para asegurar una postura que sea suficientemente restrictiva para que la inflación retorne a su objetivo de 2 por ciento.
Junto con el comunicado, la Fed publicó su tradicional “grafica de puntos” en donde los oficiales miembros del CMA plasman sus consideraciones a nivel individual.
La media estimada para la tasa de fondos federales en 2023 se ubica en un nivel entre 5.00% y 5.25%, arriba del estimado previo publicado en septiembre de 4.5% – 4.75 por ciento. Lo anterior implica al menos un nivel 75 puntos base más arriba del actual.
Más importante es que la mayoría de los estimados proyectan un descenso de la tasa a un nivel de 4.0% – 4.75% en 2024, mayor al nivel inferior al 4% proyectado en septiembre.
La inflación ha descendido en octubre y noviembre de forma visible, pero queda claro que la Fed está aún a distancia de terminar con su trabajo de control.
En conferencia de prensa, el presidente Powell fue enfático al respecto. Mencionó que los efectos de su restricción están aún por verse, refiriéndose a la expectativa de una disminución del empleo en especial. Habló de que se necesita un nivel substancialmente mayor de evidencia para considerar que la inflación está en una trayectoria de descenso y que con eso no ve al CMA en posición de considerar movimientos de baja en las tasas.
Después de estas aseveraciones deberíamos ver a los mercados de nuevo moderar su entusiasmo. Posiblemente veamos alguna corrección en las bolsas y un regreso de las tasas de largo plazo.
No quiero decir con ello que el rumbo hacia el 2023 sea preocupante, al contrario, descenderá la inflación y muy probablemente los bancos centrales dejarán de subir sus tasas. Simplemente no es tiempo de descontar una segunda fase en donde habrá descensos, a menos que el tamaño de la posible recesión sea grande y la velocidad de baja en la inflación sea fuerte. La incertidumbre sigue siendo elevada en ese terreno.
En México, el día de hoy el banco central deberá determinar un aumento a la tasa de referencia a un día de 50 puntos base. La inflación en México no ha arrojado resultados tan buenos; por ejemplo, la inflación subyacente se ubica por encima de la inflación general, ambas en niveles superiores al 8 por ciento. Tampoco hay un contexto para que el Banco de México modere su discurso o cambie de postura, llame a ello desligarse de los movimientos que hace la Fed o argumentar que ya ha subido demasiado por el simple hecho de que comenzó antes que el banco central norteamericano.
En resumen, la inflación ha comenzado con el descenso que muchos anticipábamos desde el verano y los bancos centrales son menos agresivos por ello; pero el final del ciclo restrictivo aún no llega (aunque se aprecie mas cerca) y por ello, la permanencia de tasas en niveles altos durante una buena parte del año que viene suena a la expectativa más razonable.
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https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Que-predicen-las-tasas-de-interes-20221207-0112.html
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