Entre los principales riesgos al alza que se destacaron para la inflación, resaltó el relacionado con un “agravamiento de las tensiones geopolíticas”. Si bien la expectativa de una importante desaceleración del crecimiento económico (e incluso recesión en algunas economías avanzadas) permitiría contener el avance de la inflación no subyacente a nivel internacional, un escalamiento de la guerra Rusia-Ucrania podría volver a generar incertidumbre respecto a los precios de energía, sobre todo durante la temporada de frío.
Preocupa que la inflación subyacente en México no ceda. El ajuste en los estimados del banco central fue relevante, anticipando ya un nivel de 8.2% anual en el 4T-22 (7.6% estimado anterior). La inflación subyacente local podría enfrentar aún mayor resistencia a la baja en comparación con otros países debido a que a nuestra economía no caerá en recesión. A pesar que el crecimiento sea bajo, el hecho que éste sea positivo es un factor que limitaría bajas en los niveles de inflación.
La Junta de Gobierno destacó que la FED anticipó futuros incrementos en la tasa de interés de referencia norteamericana. Sin duda, Banxico difícilmente se desligará de los movimientos de la FED en noviembre y diciembre. No obstante, tampoco descartamos que Banxico comience a moderar el ritmo de alza de tasas en algún momento del próximo año independientemente de que la FED continúe con una postura agresiva.
De nueva cuenta, la Junta dejó claro que “valorará la magnitud de los ajustes al alza en la tasa de referencia de sus próximas reuniones de acuerdo con las circunstancias prevalecientes”. En otras palabras, la restricción monetaria por parte del banco central continuará.
Por el momento, anticipamos un aumento más de 75 pb en la tasa de interés de referencia en noviembre y otro de al menos 50 pb en diciembre. Esto siempre y cuando Banxico no continúe con ajustes al alza en sus estimados de inflación, sobre todo en la parte subyacente. En caso que la inflación no confirme el inicio de una trayectoria de descenso en los próximos meses, y si las expectativas de inflación continúan al alza, la tasa podría incluso rebasar 11.00% el próximo año.