Débiles datos económicos confirman la expectativa de bajos resultados de las empresas.
Los mercados de capitales tuvieron una semana negativa. El MSCI que incluye emergentes (ACWI), el S&P 500, el Stoxx Europe y el S&PBMV IPC cerraron con pérdidas.
Seguimos viendo indicadores que ponen en evidencia la fragilidad de la economía global y que generan importantes dudas sobre los resultados que revelarán las empresas en los próximos días
Por ejemplo, en la semana, el índice ISM manufacturero de marzo de EE.UU. fue el dato más bajo desde agosto de 2009, el de la zona euro fue más débil que el registrado en el mes anterior (que ya anticipaba una contracción) y el reporte de empleo en de EE.UU. reveló que se perdieron 701 mil puestos en marzo, poniendo fin a la racha histórica más larga en la creación de empleos en el país.
Si bien en China sorprendió el alza en el indicar PMI de manufactura que mide las expectativas en el sector a 52 puntos desde 35.7 registrado en febrero, el movimiento se atribuyó al récord negativo de febrero y se advirtió que las lecturas no muestran una estabilización de la actividad económica, y por lo tanto no espera que sea sostenible este impulso.
Ante esta situación reiteramos la postura respecto a que los estímulos monetarios y fiscales parecen no ser suficientes.
El mensaje de las autoridades está ahora en llamar al sistema financiero para que apliquen medidas en la administración de su capital. Ante la preocupación por la liquidez en un mercado en donde se han hecho uso importante de líneas de crédito por parte de las empresas para hacer frente a esta contingencia que los lleva a paralizar sus operaciones.
Se busca así evitar un colapso del sistema financiero ante la sombra que dejó la crisis financiera de 2008.
El BCE señaló al respecto que habrá medidas legales correctivas en caso de que algún banco decida no apegarse a la recomendación de no pagar dividendos al menos hasta octubre.
En México se hizo el mismo llamado, como una recomendación hasta ahora sin hablar de sanciones. Sin embargo, los bancos mantienen una postura de evaluar la recomendación sin anunciar formalmente un recorte en la distribución de utilidades a los accionistas o recompras de acciones.
Pero, la medida podría ser no solo necesaria entre los bancos; si no en general en el resto de los sectores. Ya vimos como en días recientes GAP anunció que posponía su dividendo de este año; una emisora que se ha caracterizado por un rendimiento por dividendo sumamente atractivo.
Y no descartamos que más emisoras se sumen a estas medidas; adicionales a las que se toman desde el punto de vista de recortar inversiones, bonos y compensaciones a altos directivos.
En Estados Unidos se estima que los dividendos del índice pueden llegar a caer hasta 25% para este año.
Y es que estas medidas parecen necesarias para proteger las operaciones y evitar que un problema que hoy está en la liquidez al no recibir ingresos por cerrar o paralizar sus operaciones, pero mantener gastos; se vuelva de solvencia. En un entorno económico que luce seguirá siendo complejo una vez superada la pandemia.
Por otro lado, en la semana, también fue relevante el desempeño del sector energético, donde el precio del Brent y WTI llegó a subir cerca del 25% en una sesión, después de que se anunció que la OPEP y sus aliados, buscan establecer un recorte del 10% de la producción petrolera para equilibrar el mercado.
¿Qué esperar en los próximos días?
Con una semana corta de operación, se esperan pocos datos económicos. Que probablemente seguirán siendo adversos,
En Estados Unidos se publica la inflación de marzo, la confianza estimada por la U. de Michigan de abril, los precios del productor de marzo, las peticiones por seguro de desempleo, entre otros.
En la Eurozona se publica la confianza del inversionista. Mientras que, en Reino Unido, se dará a conocer la producción industrial y manufacturera de febrero.
En China, se publica la inflación y los precios del productor de marzo y en Japón se revela los precios del productor de marzo y las órdenes de máquinas centrales de febrero.
En México, destaca la inflación de marzo y la producción industrial de febrero.
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