¿Estreno con baja de tasas?
Los nuevos integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México iniciarán su trabajo en un escenario en donde el riesgo relacionado con el crecimiento ha aumentado y el relacionado con la inflación parece contenerse.
Aún es temprano, pero de prevalecer las actuales condiciones en la economía y los mercados es posible que eventualmente pudieran decidirse por reducir la tasa de interés. Al parecer, la apuesta en los mercados en México sigue siendo por el lado de las tasas, no de la Bolsa.
Las condiciones de crecimiento en el mundo se han deteriorado. En Estados Unidos, a pesar de la carencia de información derivada del cierre del gobierno, la información disponible como los datos de venta de casas usadas, la confianza del consumidor o los índices de percepción de los gerentes de compra de la industria apuntan a una desaceleración que seguramente será acentuada por la misma inactividad del gobierno.
Si tomamos en cuenta los mayores niveles de las tasas de interés y la ausencia del estímulo que significó la baja de impuestos el año pasado, la expectativa es de menor crecimiento. El debate es sobre ¿cuánto descenderá?
China anuncio la semana pasada que su crecimiento trimestral anualizado fue menor a 6 por ciento. Parece alto, pero es la menor tasa de crecimiento desde 1990.
La tendencia es de claro descenso y las autoridades ponen sobre la mesa medidas de estímulo aparentemente sin éxito. En Europa, la marcha de las principales economías se perjudicó en la segunda mitad del año pasado.
Con esta evidencia, el riesgo de un repunte de la inflación ha descendido y los participantes en los mercados interpretan tales circunstancias como la presencia de menos condiciones que justifiquen un alza de las tasas. En pocas palabras: el riesgo de elevaciones en las tasas de interés globales ha disminuido considerablemente.
La misma evidencia ha puesto en entredicho el valor del dólar. El menor crecimiento y el estancamiento de las tasas parecen hacer más complicado que el dólar presente una revaluación contra la mayoría de las monedas como la que presentó durante una buena parte del año pasado. Las expectativas más bien apuntan a un dólar más débil o al menos más estable.
En México múltiples indicadores describen una desaceleración de la economía a partir del cierre del tercer trimestre del 2018. Se estima que el crecimiento del cuarto trimestre fue bajo y no hay muchos augurios diferentes para el crecimiento en este primer trimestre. Esta situación debiera reducir presiones al aumento de precios.
Si, a diferencia del año pasado, el precio de los combustibles se mantiene estable es posible que veamos un descenso importante de la inflación en los siguientes meses.
Hoy se sabrá la inflación de la primera quincena de enero y habrá una pista sobre si todo el conflicto alrededor de las gasolinas tuvo efectos de segundo orden en la determinación de los precios en la economía. De no tenerlos, la expectativa de inflación puede apuntar a niveles de 4% e incluso inferiores.
El tema es que la tasa de interés de referencia es muy elevada. La postura precautoria de la Junta de Gobierno de Banxico, entendible, generó un nivel de tasas de interés sumamente atractivo dadas las nuevas circunstancias.
A partir de este juicio, la actividad de operaciones de especulación de corto plazo de muchas mesas de cambios extranjeras fue comprar dicha tasa en pesos y asegurar, vía la compra a futuro de dólares, una tasa en dólares bastante jugosa.
No parece haber otra explicación para el fuerte descenso que observó el tipo de cambio entre diciembre y lo que va de enero.
Si las actuales circunstancias en la economía y los mercados prevalecen, y el gobierno rompe con la costumbre de ser el principal factor inflacionario en México, la tasa de interés tan alta generará distorsiones incómodas: por un lado, mantendrá una fuerte restricción a la actividad económica y por el otro podría magnificarla con un peso todavía más fuerte.
Si esos son los elementos sobre los que la Junta de Gobierno de Banxico decidirá la política monetaria en los siguientes meses, es posible una reducción de las tasas, aunque suene sorpresivo.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Estreno-con-baja-de-tasas-20190123-0123.html
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