Iniciamos el año de buenas
En sólo seis jornadas, menos de 10 días en lo que va del año, los mercados a nivel global han experimentado una recuperación asombrosa. No había muchas pistas, aunque algunos hechos permiten justificar la percepción menos pesimista.
Pero no se deslumbre, estamos lejos de que se cambien las directrices fundamentales y lo que vemos suena de nuevo más a un momento de entusiasmo pasajero. Tal vez haya mejores rendimientos que el año pasado, pero los números de estos primeros días no son para nada extrapolables.
Dígame usted si hubiese creído una síntesis como la que le voy a describir: en un espacio de dos semanas, las bolsas en Estados Unidos han recuperado niveles y ganan 2.26% el índice Dow Jones, 3.12% el Standard & Poor’s 500 y 4.85% el Nasdaq.
Este entusiasmo parece viral, sucede en casi todos los activos. Las bolsas en mercados emergentes presentan una mejor ráfaga, como ejemplo la bolsa local en México sube también 4.82% y la de Brasil la friolera de 6.5%.
Más aún, los segmentos de bonos, tan vapuleados durante casi todo el año pasado, han registrado una recuperación también importante. El fondo cotizable HYG que concentra una muestra de bonos de alto riesgo (High Yield, como se les conoce) ha reducido los diferenciales de sus tasas contra las referencias y dicho sea de paso ha ganado en lo que va del año 3.8 por ciento.
Los bonos en mercados emergentes también han tenido una buena racha, incluyendo a los mexicanos cuya tasa de interés ha descendido al menos 50 puntos base.
Tenga cuidado con las cifras desde el cierre de año. Por interesantes que parezcan, estas tasas de retorno están muy alejados de los niveles que llegó a haber en todos estos mercados en sus mejores momentos; en realidad, la magnitud de los rebotes no luce significativa después de los desplomes del último trimestre del año pasado.
Salvo el progreso del que han hablado los funcionarios de Estados Unidos y China en las pláticas para librar una intensificación de la disputa comercial, no hay otras noticias que muestren un mundo mejor en el 2019, económicamente hablando. Es cierto que la amenaza comercial resultó ser de un factor de miedo relevante conforme transcurrió el cierre del año pasado y puede que ahora podamos afirmar que dicho factor podría no estar sobre la mesa, pero no hay una percepción segura al respecto.
Más todavía, el derrumbe de los mercados tuvo que ver con la expectativa creciente de una desaceleración en el crecimiento global y principalmente en Estados Unidos. Nos parece que dicho riesgo no puede ser descartado.
Es bastante probable que el crecimiento esté desacelerando en estos momentos y que las acciones de las autoridades intenten generar un terreno que facilite el acomodo de los mercados a dicha circunstancia (sin nuevos embates de aumentos de tarifas a importación o con menos aumentos de tasas de interés), pero no podemos anticipar con los elementos que hay hoy que vamos hacia una dinámica mejor.
También siguen asuntos sin resolver como el avance del populismo que puede cobrar nuevas e importantes victorias en Europa en este año o el conflicto relacionado con el Brexit en el Reino Unido, o el atorón que mantiene parcialmente cerradas las actividades en el gobierno de Estados Unidos.
Nos parece que el espectro de riesgo está poco arreglado. Podrá tener mejores matices, pero lo que presenciamos es a inversionistas ávidos de reordenar portafolios y recuperar rendimientos.
En este último aspecto, México está siendo beneficiado por el extraordinario retorno que significan las tasas de interés domésticas en un ambiente de revaluación del peso. Le advertimos en diciembre que hay un anclaje financiero que por ahora le da confianza a quienes quieren cobrar esas tasas de retorno.
Es probable que el tipo de cambio vuelva hacia niveles cercanos a los 18.50 pesos por dólar, nivel en el que apenas estábamos a finales de septiembre. Si el ambiente en los mercados globales es más moderado que en el último trimestre del 2018, el peso seguirá presentando solidez.
Por ahora nuestras variables se están beneficiando de un ambiente un poco más amigable en los mercados globales, no por un cambio en las circunstancias. Tenga cuidado con asumir que será un año de muy buenos rendimientos sólo por lo que ha visto hasta ahora.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Iniciamos-el-ano-de-buenas-20190109-0123.html
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