Des-pa-cito
El comunicado emitido por el Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal de Estados Unidos volvió a interpretarse como una señal de que no hay incrementos acelerados en puerta sobre la tasa de interés de referencia. Más bien se advierte la gradualidad. Eso refuerza la postura de los inversionistas
En un texto de cuartilla y media hubo algunas cosas que exprimir. La primera es que la Fed considera que la economía mantiene su fortaleza. No hay cambios en la percepción de las autoridades con respecto a la evolución en la generación de empleo y sobre el crecimiento.
A pesar de lo anterior, la Fed no modificó la tasa de interés de referencia. El Comité reconoció la reciente reducción de la inflación por debajo de su objetivo de 2 por ciento. Aunque no hizo ninguna mención a un cambio en las expectativas y reiteró su visión de una convergencia futura hacia dicho nivel, los participantes en los mercados creen que es probable un cambio en el discurso si la inflación desciende aún más en los próximos meses.
En una señal de resolución, el comunicado menciona que el banco central estadounidense está listo para comenzar a reducir su hoja de balance, es decir, disminuir la posición en bonos que compró durante los años críticos como medida de estímulo a la economía, relativamente pronto. Una buena mayoría de los inversionistas considera que habrá anuncios en ese sentido en septiembre.
Con la inflación en niveles tal vez inexplicablemente bajos y con el inicio de una mecánica que pudiera “asustar” a muchos en los mercados, las expectativas simplemente se ubican en que, con relación a las tasas, la Fed irá muy despacio; tal vez incluso más de lo necesario.
Esto no es una simple conjetura. Después de la emisión del comunicado, los mercados revirtieron sus tendencias iniciales y volvieron a ajustarse al patrón de las últimas semanas: El dólar se volvió a debilitar, las bolsas volvieron a repuntar hacia niveles máximos, los mercados emergentes recuperaron algo de terreno y las tasas de largo plazo de los bonos se asentaron en niveles marginalmente inferiores a los del inicio de la jornada.
A pesar de que la Fed está en un ciclo de alza de tasas y de que comenzará a reducir el tamaño de los estímulos pronto, los mercados no parecen mostrar preocupación y ello proviene de la sensación de lentitud con la que se harán los cambios.
Mientras tanto, la liquidez sigue buscando mejores rendimientos y los resultados financieros de las empresas en varios sectores continúan apuntalando la inversión en acciones a pesar de la racha tan extendida y la inversión en bonos sigue siendo indiscriminada en cuanto al riesgo.
No podemos visualizar qué criterio está equivocado. La Fed va hacia donde tiene que ir y trata de moderar el ritmo; mientras tanto los mercados no le temen. Bueno, le temen a la larga: una encuesta realizada por un manejador de fondos global arrojó que más de 60% de los participantes consideran como su mayor temor para que se genere un momento de aversión al riesgo el que se presente una crisis en el mercado de bonos y en igual magnitud que exista una equivocación en lo que hacen los principales bancos centrales.
El desenlace de esta cuestión es difícil de anticipar, puede evolucionar en uno o más años aún hacia adelante o puede presentarse el mes próximo. Nosotros pensamos que tomará su tiempo.
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Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
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