¿Se cierra la ventana?
El contexto en los mercados ha cambiado en esos dos meses. Ahora, hay asuntos explícitos que parecen crear un contexto retador hacia los siguientes meses que posiblemente se refleje en menores rendimientos en los activos de riesgo y en mayor volatilidad en los mercados.
Hace un par de meses (¿El mejor de los mundos?, El Economista 8 de abril de 2021), le compartía la idea de que los mercados financieros navegaban en un mundo ideal caracterizado por la expectativa de una recuperación económica fuerte en combinación con la persistencia de políticas, tanto fiscal como monetarias, orientadas a estimular a la economía.
En aquel entonces me refería a una ventana de oportunidad que no podría ser duradera. Al parecer, ese contexto ideal comienza a enfrentar retos importantes.
El contexto en los mercados ha cambiado en esos dos meses. Ahora, hay asuntos explícitos que parecen crear un contexto retador hacia los siguientes meses que posiblemente se refleje en menores rendimientos en los activos de riesgo y en mayor volatilidad en los mercados.
Déjeme le enumero al menos tres temas muy claros:
1. El entorno geopolítico es más turbio. La vuelta al escenario de Estados Unidos, reflejada en la gira por Europa del Presidente Biden, consolidó en el escenario el consenso sobre algunos temas que no son agradables para el perfil de ganancias de muchas empresas en el mediano y largo plazos.
Se ha acordado trabajar en consolidar una tasa mínima de impuestos de 15%, que representa un aumento a muchas compañías cuya contribución neta es menor (tan solo 44 de las 500 empresas del índice S&P500 pagan una tasa promedio de 7.5%).
Se consensó también la unión de esfuerzos para acelerar el proceso de reducción de emisiones de CO² y del uso de carbón como energético. Se acordó presionar a China, por parte de la OTAN, para que colabore más en temas de seguridad informática y de reducción de la contaminación, así como para que abandone prácticas desleales.
Por último, se unificó la idea de trabajar en la reducción de los elevados déficits fiscales adoptados a raíz del surgimiento de la pandemia.
2. Dentro de Estados Unidos se avecina el fin de los apoyos fiscales que instrumentó el gobierno hace tres meses para apoyar a las familias de desempleados. En estos momentos persisten tales apoyos y están dando lugar a distorsiones importantes como que exista una oferta de trabajos que no se puede cubrir por que los potenciales empleados prefieren por ahora no tomar las plazas ofrecidas.
Esto ha hecho que en 21 de los 50 estados se comiencen a interrumpir los apoyos, lo que equivale a que 3.5 millones de personas pueden salir a buscar rápido empleo y mermar la recuperación en el consumo.
3. El miércoles, el comunicado de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) no mencionó nada nuevo con respecto a su postura. Pero en la publicación de los pronósticos de sus miembros con relación a cuándo subiría la tasa de interés de referencia, el número de participantes que esperan que esto suceda en 2022 pasó de 4 a 7; y número de los que anticipan un aumento de las tasas en 2023 pasó de 11 a 13 del total de 18 miembros; incluso 11 de esos 13 esperan al menos dos aumentos para dicho año.
Por su parte, en la conferencia de prensa posterior el presidente Powell sugirió que existen riesgos de que la inflación prevalezca más allá de lo que estima la Fed y que resulte en niveles mayores.
Más allá de que no sucederá nada con las tasas de referencia en este año. Los inversionistas en los mercados seguirán manifestando mucha sensibilidad ante los datos de empleo e inflación, así como a los pronunciamientos de los miembros del Comité de Mercados Abiertos.
La reducción anticipada de las recompras de bonos que hace la Fed o la simple anticipación de un posible cambio de postura provocará que las tasas de largo plazo suban y seguramente activará de nuevo una corrección en los mercados.
Como puede ver, es entendible que muchos inversionistas asuman que las buenas noticias han sido descontadas en los actuales precios de los activos y que actúen con cautela. Por eso vemos a las bolsas con bajos volúmenes de compra y con una lateralidad en los últimos días.
La ubicación de los principales índices en niveles máximos tampoco ayuda a sumar argumentos para comprar en estos momentos. Como le decía, tal parece que la repetición de los rendimientos extraordinarios que vimos en el semestre que está por terminar no se repetirá en la segunda mitad del año.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Se-cierra-la-ventana-20210616-0116.html
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