Miedo en las alturas
Es muy difícil establecer si este momento de ajuste será de mayor magnitud que los anteriores. Mi impresión es que no.
No se deslumbre con los niveles máximos que han marcado las bolsas en las últimas semanas. Los inversionistas en los mercados están nerviosos. Lo demuestran en la fuerte volatilidad que se ha visto en el mercado de deuda en donde los vaivenes en las tasas están a la orden del día.
Los mercados en general vivieron un momento agraciado la semana pasada que se desvaneció rápido. Un ajuste mayor en las bolsas podría estar iniciando apenas. El tema sigue siendo la perspectiva de inflación. Esta permanece en niveles elevados y genera inquietud con respecto a una reacción anticipada de los bancos centrales hacia un aumento en las tasas de referencia y una política monetaria más restrictiva en el futuro previsible.
En momentos que dicha inquietud se agudiza, las tasas de largo plazo repuntan y las bolsas no registran rendimientos positivos; algo así sucedió entre finales de septiembre y principios de octubre.
La semana pasada observamos el efecto contrario básicamente porque las autoridades confirmaron una postura de tranquilidad con respecto a las presiones inflacionarias vigentes.
En una historia que parecía de colusión, el Real Banco de Australia y el Banco de Inglaterra emitieron comunicados que contradijeron las declaraciones previas de sus integrantes y las expectativas del mercado de dinero que descontaban alzas. El primero señaló que el mercado había ido muy lejos al descontar múltiples aumentos a las tasas de interés en 2022. El segundo dejó sin cambios su tasa de referencia mientras los inversionistas anticipaban un aumento de 15 puntos base.
Por su parte, la Reserva Federal (Fed) anunció el inicio del programa de reducción de recompras de bonos (algo que se tenía bastante previsto) pero insistió en desligar un futuro aumento de las tasas de interés de las presiones inflacionarias al señalar que aún se esperan avances en la recuperación de la economía y que mantiene la idea de que las presiones sobre la inflación son temporales.
Por lo tanto, junto con anuncios de renovados apoyos fiscales, la presión en las tasas se desvaneció rápidamente, hubo un descenso más de 15 puntos base en la tasa del bono del tesoro a 10 años; asimismo, las bolsas registraron nuevos máximos a los que ya habían llegado motivados por buenos datos económicos y reportes financieros favorables.
Todo parecía componerse hasta que ayer el departamento del trabajo publicó que en octubre se registró una inflación mayor a la estimada 6.2%( vs. 5.9% esperado) en Estados Unidos, que supera parámetros en donde los participantes en el mercado no contemplaban ver a la inflación anual, por cierto, la mayor en 30 años.
En un contexto en que las dudas sobre la persistencia de la inflación existen y en donde los bancos centrales exhiben tolerancia, los inversionistas se volvieron a poner nerviosos.
Los bonos de largo plazo (10 años) aumentaron sus réditos en casi 12 puntos base, los de dos años, que habían reaccionado favorablemente a las noticias de la semana pasada, se elevaron sustancialmente hacia una tasa que supera el medio punto porcentual. Las bolsas marcaron un nuevo ajuste cercano al 1% en promedio.
Es muy difícil establecer si este momento de ajuste será de mayor magnitud que los anteriores. Mi impresión es que no. En este espacio le hemos advertido de la distorsión de los mercados y de la condición imperiosa de que las autoridades cambien explícitamente su visión y señalen un cambio de postura más próximo y no creo que lo hagan en los próximos dos meses al menos.
Pero si la inflación sigue marcando niveles superiores a las expectativas, no dude que seguiremos viendo a lo mismo en los mercados: Mucha volatilidad en el mercado de deuda y mucha concentración de apuestas en las bolsas hacia las grandes empresas de tecnología o a activos como las criptomonedas simplemente porque hacia ahí se enfoca la demanda de los inversionistas.
Definitivamente no estamos en la situación ideal que se tuvo en el verano en donde la recuperación persistía y la inflación tenia síntomas mucho más leves.
Hay tensión en los mercados y por ello es difícil definir una estrategia optima hacia el 2022, salvo la de invertir en instrumentos que lo protejan de una inflación que será elevada; sin embargo, hay una carga de riesgo grande y esta señala a la posibilidad de que los bancos centrales pudieran equivocarse en su diagnóstico. Ojalá y no, en caso de reconocerlo debiéramos esperar un ajuste doloroso en todos lados.
Por último, Banxico deberá aumentar la tasa de referencia el día de hoy. Me parece que el aumento seguirá siendo de un cuarto de punto. De no haber más firmeza, habría que anticipar la continuación de la volatilidad en el tipo de cambio peso – dólar que también ha sido notoria.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Miedo-en-las-alturas-20211110-0143.html
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