Columna: El nuevo foco de la política monetaria en EU
Columna: El nuevo foco de la política monetaria en EU
Que las decisiones de política monetaria se empalmen con los ciclos de transición entre gobiernos y carezcan de independencia puede a la larga ser tan costoso como en actuales equivocaciones que pudiera tener la junta de gobierno.
Columna: El nuevo foco de la política monetaria en EU
Tal y como auguraba en el comentario de la semana pasada, el cambio de orientación del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, con respecto a la postura del banco central, dentro del discurso pronunciado en el Simposio de Jackson Hole el viernes pasado, con una visión menos restrictiva que a interpretación de muchos “abre la puerta” a una baja de la tasa de referencia en septiembre, tuvo un impacto relevante en los mercados.
La principal idea dentro del discurso pronunciado tiene que ver con que el riesgo de un aumento en el desempleo está creciendo, lo que “con una política en territorio restrictivo… podría garantizar un ajuste de la postura actual”. Básicamente Powell manifestó que no se opondría al clamor de los inversionistas por una baja de tasas en el próximo mes.
Powell reconoció que existe el riesgo de un aumento de la inflación provocado por las tarifas arancelarias que ha impuesto el gobierno a muchos bienes importados. Sin embargo, manifestó que, aunque la progresión de dicho efecto sería lenta, su impacto será transitorio.
Hay dos ideas que afectan la interpretación de los hechos del viernes pasado como un cambio definitivo. En primer lugar, Los pronósticos implícitos en el mercado, tanto en la cotización de los futuros de la tasa de fondos federales como en las tasas de los bonos del Tesoro a dos años, que son más sensibles a los movimientos de dicha tasa, han sido muy erráticos durante el año.
Iniciamos 2025 con una confianza desmedida en una baja de la inflación y una secuencia de bajas que instrumentaría la Fed de enorme magnitud. El anuncio del día de la liberación en abril, y los vaivenes en las decisiones del presidente Trump, mantuvieron la volatilidad en las cotizaciones. A partir de julio, junto con la calma en el plano comercial y algunas señales de menor actividad económica, se descuenta de nuevo que la Fed bajará la tasa y lo hará de manera secuencial.
Sin embargo, el primer centro de atención serán los datos de empleo y la inflación. En particular resultó extraño el pronunciamiento de Powell, quien todo el tiempo ha manifestado la dependencia de la información contenida en los datos, justo cuando faltan nuevos reportes del empleo (con la Oficina de Estadísticas Laborales encabezada por un nuevo director) y de inflación. Si los datos muestran una firmeza en las cifras de empleo o un repunte no esperado en la inflación, la Fed volverá a manifestar que podría volver a la cautela y no modificar las tasas en el sentido que lo esperan los inversionistas.
En segundo lugar, y tal vez más preocupante, es que el futuro de la política monetaria parece depender de la composición futura del Comité de Mercados Abiertos. El presidente Trump quiere a toda costa controlar las decisiones de la Fed. Ha encabezado un ataque de críticas brutal contra el presidente Powell y anteayer decidió despedir de forma inmediata a la gobernadora Lisa Cook.
El abordaje que desea el presidente Trump no sería inmediato. Powell termina su periodo en mayo de 2026 y podría permanecer como gobernador dos años más; Cook dijo que no renunciará, lo cual implica que habrá un proceso legal que llegará hasta la Suprema Corte. Aun así, es probable que las decisiones de política monetaria en el próximo año tengan un sesgo político poco deseado por los inversionistas.
Tal incertidumbre es de la mayor importancia. Que las decisiones de política monetaria se empalmen con los ciclos de transición entre gobiernos y carezcan de independencia puede a la larga ser tan costoso como en actuales equivocaciones que pudiera tener la junta de gobierno. Por ejemplo, reducir las tasas de interés hacia niveles mínimos no deseados puede generar en un mediano plazo repuntes inflacionarios, un deterioro de las expectativas de mediano y largo plazos, una depreciación adicional del dólar, así como un sobrecalentamiento de la economía que luego requiera aumentos abruptos de los tipos de interés para corregir los fenómenos descritos.
Independientemente de lo difícil que se ha vuelto esclarecer el comportamiento de los mercados en un ambiente de cambios como los ha instrumentado Trump. La intención de restar independencia a la institución más importante en el mundo financiero global puede tener implicaciones importantes. La principal, quitar el principal elemento que ayuda a los agentes en su lectura de la economía.
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Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/nuevo-foco-politica-monetaria-eu-20250826-774467.html
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