Columna: ¿Y ahora en qué nos enfocamos?
Columna: ¿Y ahora en qué nos enfocamos?
Muchos acontecimientos en los últimos días. El principal sin duda es el sorpresivo cierre de negociaciones entre el gobierno de Estados Unidos y un buen número de países y regiones. Al parecer, el nerviosismo sobre el tema de las tarifas comerciales se disipa, hay más claridad en el riesgo que el que muchos agentes, gobiernos y empresas, han tenido a lo largo del año.
Columna: ¿Y ahora en qué nos enfocamos?
Si a este evento le agregamos la aprobación del paquete fiscal pretendido por el gobierno en julio (El famoso BBB – Big and Beautiful Bill) y la confirmación en datos, como en los reportes financieros, de que la economía continúa con un buen estado de fortaleza, ¿en qué debemos enfocar la visión? Justo cuando los índices de Bolsa se vuelven a situar en niveles máximos, las tasas de interés comienzan a descender y el dólar ha recuperado algo de fortaleza.
La respuesta está en los próximos movimientos de la Reserva Federal sobre las tasas. Sabemos que el gobierno presiona para tener tasas más bajas; también que hasta ahora, la Fed argumentaba que la poca claridad sobre el tamaño de las tarifas y su efecto sobre el crecimiento le impedían adoptar una postura más relajada. Con los acuerdos comerciales anunciados y la menor incertidumbre, me parece que el enfoque deberá ser de nuevo sobre el posible ritmo de crecimiento de la economía. El crecimiento económico en Estados Unidos permanece sólido y distintos indicadores económicos relevantes lo respaldan.
Por el lado de los datos fuertes, las ventas al menudeo correspondientes a junio registraron un aumento de 0.6% m/m, superando tanto el estimado del mercado (0.1% m/m) como la contracción de mayo (-0.9% m/m). Al interior, diez de las trece categorías registraron incrementos. Además, excluyendo automóviles y gas, las ventas crecieron 0.5% m/m (0.3% m/m esperado), lo que muestra señales de un consumo privado firme (variable que representa alrededor del 70% del PIB).
Señales positivas también las detectamos en el mercado laboral. Las solicitudes iniciales del seguro por desempleo registraron 217,000 unidades, descendiendo por sexta semana consecutiva. Por otro lado, a pesar de la caída en las vacantes laborales durante junio hacia 7.44 millones de unidades, éstas estuvieron ligeramente por debajo de la expectativa del mercado (7.45 millones). Asimismo, aunque este próximo viernes conoceremos tanto la nómina no agrícola como la tasa de desempleo de julio, los reportes del mes pasado nos demostrados solidez, al registrar un incremento de 147,000 plazas en el primer caso, así como una tasa de 4.1% en el segundo.
La menor incertidumbre con respecto a la política económica y comercial del presidente Donald Trump también ha contribuido, lo que se refleja en los indicadores de percepción. La confianza del consumidor que publica Conference Board publicada el viernes pasado se colocó en 97.2 unidades, mayor a lo percibido en junio (95.2 unidades). Dentro del reporte, se indicó que el pesimismo sobre el futuro ha disminuido en cierta medida.
Aunque también subsisten señales adversas: el índice de indicadores adelantados, medida compuesta con el propósito de anticipar la dirección futura de la economía en el corto plazo, observó una contracción de (-)0.3% m/m en julio, por debajo de lo visto el mes pasado (0.0% m/m) y a lo anticipado por los analistas o el fuerte aumento de las tasas de morosidad a 60 días en préstamos de automóviles de alto y de bajo riesgo en Estados Unidos que desde inicios de 2022 ha registrado una trayectoria con tendencia ascendente en tales tasas, lo que podría advertir fragilidad en el consumidor norteamericano; la probabilidad de una recesión próxima se ha vuelto a desvanecer en el pronóstico de los analistas.
A forma del crecimiento en los próximos 12 meses determinará las futuras acciones de la Fed. Si la información describe un pobre crecimiento deberíamos esperar una baja más contundente de las tasas, sobre todo si el presidente Powell es sustituido en mayo del 2026 por un presidente más “a modo” de los deseos de Trump. Asimismo, deberíamos volver a ver a un Trump más agresivo en varios temas ante la proximidad de las elecciones intermedias a suceder en noviembre del 2026.
Considero que la posibilidad de seguir observando a una economía norteamericana fuerte es más probable. Ello mantendrá un ritmo de baja de tasas moderado y apuntale los niveles de las bolsas. Lo que queda claro es que la incógnita por esclarecer es cómo impactan los acuerdos actuales a una economía que de hecho no ha aflojado mucho su ritmo de crecimiento en lo que va del año.
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Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
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