Todo con exceso, nada con medida
Las bolsas marcaron nuevos máximos la semana pasada y las tasas de interés parecen de nuevo estabilizarse. No hay duda que la complacencia se sostiene por la postura de las políticas de impulso de las autoridades tanto monetarias como fiscales.
En agosto de alguna manera se confirmaron las distorsiones que mantienen a los mercados en una racha espectacular de rendimientos positivos.
No parece haber factores que cambien la perspectiva en el futuro previsible. En la lógica de muchos los excesos son evidentes, sin embargo, llevamos mucho tiempo en que quienes han apostado en contra les ha ido mal.
El criterio de no pelearse con la tendencia y no oponerse a la postura de las autoridades es bastante vigente, y tal parece que no habrá cambios súbitos.
Durante el mes pasado varios factores que convergieron deberían haber mantenido un contexto de presión sobre los mercados y de preocupación para los inversionistas.
Por una parte, los datos son mixtos, muestran que se mantiene la recuperación, pero no sorprenden en el sentido positivo. Los datos de producción industrial descendieron en Estados Unidos, Europa y China; la información de ventas presenta avances menores; las cifras de empleo tienden a moderarse también (ayer 1 de septiembre, la agencia ADP público un avance menor al esperado en el aumento de puestos en el sector privado).
Por otro lado, la tendencia con relación a la propagación de la variante Delta de Covid-19 es aún adversa. Estados Unidos sumó nuevamente más de 100 mil hospitalizaciones y los números de decesos de nuevo crecen.
El tema sigue concentrándose en extender la vacunación, pero también en aplicar dosis adicionales. Por su parte las restricciones a la movilidad, al menos a los viajes intercontinentales, siguen imponiéndose.
La movilidad reflejada, por ejemplo, en la reserva de restaurantes en las grandes ciudades se estancó contra los avances de meses anteriores. En la discusión sobre el crecimiento, estos hechos generan temor sobre una ralentización del crecimiento.
Agregué el tema de Afganistán. Políticamente el gobierno norteamericano se encuentra en un predicamento y las acciones futuras podrían condicionar la facilidad para generar nuevos planes de impulso, así como proveer de incertidumbre a los mercados.
A todo lo anterior sume los desastres naturales, en esta ocasión el paso del huracán Ida por Luisiana, que parece interrumpir la producción en refinerías y aumentar el costo de rescate para el gobierno, así como dificultar el combate a la propagación del Covid-19.
Por último, la inflación sigue siendo muy alta. Por más que las autoridades se sostengan en su postura de que el alza es temporal, los factores anteriormente mencionados podrían prolongar las dificultades en las cadenas de suministro y reprimir la oferta, lo cual haría más permanente la presión de precios en ciertos sectores. En este tema nos inclinamos a pensar que las autoridades parecen subestimar la prolongación de las presiones.
Y sin embargo, las bolsas marcaron nuevos máximos la semana pasada y las tasas de interés parecen de nuevo estabilizarse. No hay duda que la complacencia se sostiene por la postura de las políticas de impulso de las autoridades tanto monetarias como fiscales.
En la parte monetaria, la declaración del Presidente Powell de la Reserva Federal (Fed) en la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole fue tomada con optimismo.
La reducción de recompra de activos ya viene se hará lentamente, ha sido muy anunciada; las autoridades de la Fed han sido muy cuidadosas en “preparar” a los inversionistas para evitar un desajuste en los mercados como el que sucedió en el 2013.
Por otro lado, el tema del aumento de tasas ha sido separado de la discusión. Para la Fed es un asunto diferente y no está concatenado con la reducción en la proveeduría de liquidez. Aquí la Fed también será cuidadosa de no cometer el error de excederse en la prevención, mas si sigue considerando que el aumento de la inflación es temporal.
Powell mencionó que aún no está en el horizonte la idea de aumentar las tasas de referencia. Qué mejor palanca para sostener la propensión por activos de riesgo.
Por el lado fiscal, en Estados Unidos se alcanzó un acuerdo para detonar la inversión en infraestructura y se analiza un presupuesto de gasto muy grande. Hasta el momento hay quienes piensan que los vencimientos de los apoyos para el mes de septiembre se podrían extender.
En síntesis, los mercados dependen de la postura de las autoridades y las distorsiones que éstas generan. No importan las noticias. Así, es muy posible que sigamos observando el mismo patrón en donde los inversionistas seguirán sin apostar en contra de la Fed, no se pelearán con la tendencia y mantendrán el impulso de comprar ante el menor ajuste. Mejor perder junto con todos que por hacerle al valiente. Ni hablar, puede haber excesos aun por un rato.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Todo-con-exceso-nada-con-medida-20210901-0140.html
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