¿Represión al máximo?
Dos noticias importantes han hecho retroceder a los mercados en esta semana. Ambas declaraciones de importantes autoridades.
Al parecer no hay todavía un control preciso sobre la pandemia, al menos que genere la confianza de que las reaperturas pueden funcionar. Tampoco hay certeza sobre el tamaño de la recesión y en especial su duración, aunque ya muchos reconocen que es profunda y será dolorosa en muchos sectores.
Una recesión prolongada y difícil sólo garantiza la extensión también de la represión financiera que han instrumentado los bancos centrales.
Después de hoy la idea entre muchos inversionistas en los mercados globales, algo audaz, de que la recuperación tendría una forma de V parece descartarse.
Primero, hay la creciente percepción de que el problema sanitario no está resuelto. La mejor aproximación a este punto sería, en la visión actual, que existiera un número de pruebas suficiente para escalar la aplicación indistinta entre la población y poder hacer un aislamiento de precisión.
Por ahora, a pesar de que Estados Unidos cuenta con los recursos suficientes, no existe tal capacidad según lo señalado por el Dr. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y sus colegas el lunes pasado ante el Senado norteamericano.
Por ello su insistencia de un riesgo elevado si la práctica de reabrir la economía resulta en reincidencias en los contagios y en un nuevo escalamiento de la curva. Más aún, en donde ha habido reaperturas no se observa un cambio significativo en la actividad, en especial en la comercial.
El presidente Powell de la Reserva Federal (Fed) fue más allá. Habló de un escenario sumamente incierto y sujeto a un enorme riesgo. Los riesgos enumerados, desde la proliferación de bancarrotas, hasta el arraigo de los elevadísimos niveles de desempleo, así como la pérdida de capacidad productiva y un desincentivo grande sobre la inversión, se magnificarían en caso de que se profundizara la recesión y se volviera más prolongada.
Luego entonces, ante un escenario tan incierto, y en donde no hay mucha cabida para una recuperación con forma de V, muchos negocios de corte cíclico, por no mencionar a los directamente afectados por la pandemia como los hoteles, las aerolíneas o la industria automotriz, van a sufrir por un tiempo amplio.
Lo más destacado de la referencia de Powell es que con el tiempo los actuales problemas de liquidez se pueden convertir en problemas de solvencia para muchos negocios, en especial medianos y pequeños, así como un número no escaso de industrias de relevancia.
Por ello el título de este comentario. La respuesta de las autoridades ha sido proveer dinero y prestar a mansalva; ese es el poder de la Fed claramente descrito por su titular. Para los gobiernos tendrá que ser ampliar sus déficits y ejecutar programas de apoyo inéditos hasta ahora. Al parecer, según las declaraciones de Powell, no se ha llegado al límite del esfuerzo.
Esta condición me obliga a señalar el leve cambio en las expectativas entre muchos agentes económicos con relación a la posibilidad de que la Fed misma acepte tener tasas de interés negativas para plazos cortos. Por un lado, estamos viendo el asomo de importantes tendencias deflacionarias. La inflación general en Estados Unidos durante abril bajó a un nivel de 0.4% en los últimos doce meses.
Por el otro, el fuerte incremento de la deuda del gobierno requiere un ambiente de costos financieros reprimidos, por ello la idea de tasas bajas es plausible, porque de alguna manera colaboraría a diluir el enorme endeudamiento.
En pocas palabras, la actual estructura de tasas de interés nulas o negativas en el mundo desarrollado se quedará un buen tiempo; tanto como el que tome salir de la situación anormal y que se reduzcan los riesgos presentes. Esto abre importantes cuestionamientos entre los inversionistas, entre ellos si invertir en acciones de las empresas que se están beneficiando de las actuales circunstancias.
Otra cuestión es si no se estará “japonizando” el mundo. Si pasamos a problemas de solvencia, de multiplicación de quiebras, de permanencia del elevado desempleo e incluso deflación, creo que los rendimientos en las bolsas brillaran por su ausencia también por un tiempo prolongado, al persistir las dudas sobre la viabilidad de muchos negocios.
Banxico bajará las tasas el día de hoy. Pero los efectos paliativos pueden ser menores y las consecuencias más adversas; de eso hablaremos la próxima semana.
Esta columna se publica semanalmente en el periódico El Economista, en versión impresa y online.
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Represion-al-maximo-20200513-0108.html
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