Perspectiva Mensual Febrero 2020
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ECONOMÍA
El primer mes de 2020 se caracterizó por la mitigación de riesgos comerciales y geopolíticos, el surgimiento de un nuevo riesgo (ahora sanitario) e información económica mixta. En febrero recomendamos seguir de cerca los indicadores de coyuntura.
En enero se firmó la primera fase de un acuerdo entre Estados Unidos y China que puso fin a tensiones comerciales que duraron casi dos años. Si bien aún hay muchas incógnitas sobre (i) los mecanismos que evitarán la manipulación del yuan por parte de la economía asiática y (ii) la vigencia de los aranceles aplicados a la fecha, el mercado reaccionó favorablemente a la noticia.
En enero también se ratificó el T-MEC por parte de Estados Unidos, tratado que se implementará durante el primer semestre de 2020 y que eventualmente traerá beneficios para ciertos sectores exportadores de México. En más noticias positivas, el impacto de las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos e Irán se mitigó rápido. Adicionalmente, el Fondo Monetario Internacional sugirió un piso en el deterioro de la actividad manufacturera global en su más reciente revisión de pronósticos de crecimiento económico.
En contraste con las buenas noticias, surgió un nuevo riesgo, ahora sanitario. En China, la propagación del coronavirus podría generar un recorte en las expectativas de crecimiento de la economía asiática, con el consecuente impacto negativo sobre las perspectivas de crecimiento global. Como lo comentamos en la publicación mensual pasada, la actividad económica mundial dependerá mucho del avance que registre la economía china en 2020.
El Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, por sus siglas en inglés) restó dos puntos porcentuales al crecimiento económico de China en el tercer trimestre de 2003. De igual manera, hay que recordar que el virus de la influenza A-H1N1 agravó el efecto de la recesión económica de 2008-2009 en México. Sin importar el origen del caso, es claro que la actividad comercial y de servicios (principalmente transporte) se restringe de manera importante cuando un riesgo sanitario de esa magnitud se materializa.
La tasa de interés de referencia norteamericana se mantuvo en un intervalo de 1.50%-1.75%, en línea con nuestra expectativa. En su primer comunicado de política monetaria de 2020, la Reserva Federal destacó nuevamente la debilidad de la inversión no residencial y el comercio exterior.
Durante enero, los datos y encuestas de manufacturas en Estados Unidos todavía revelaron cierta debilidad del sector. Por otra parte, cifras de gasto personal, ventas al menudeo, precios de casas y confianza del consumidor reforzaron la expectativa de que el consumo privado será el principal motor de la economía norteamericana en 2020.
En cuanto a México, el PIB registró una contracción de (-)0.1% en 2019, cifra ligeramente menor a nuestro estimado (0.0%). La debilidad de la cifra respondió (i) a un freno en las exportaciones y la producción industrial (ii) la caída en la inversión, principalmente la efectuada por el sector público y (iii) fuertes caídas en la producción de crudo.
Se sugiere estar atentos a la información económica de las siguientes semanas, ya que ésta dirá mucho sobre la tracción del crecimiento a inicios de 2020 y podría influir en el tono del comunicado de política monetaria de Banco de México de este mes. El gasto en consumo crece a tasas moderadas. Asimismo, recientes indicadores apuntan hacia una recuperación marginal de la construcción no residencial y la producción petrolera de nuestro país. El estimado de INVEX para el crecimiento económico de México en 2020 se mantiene en 0.9%.
TASAS Y TIPO DE CAMBIO
Las tasas de largo plazo en los Estados Unidos registraron fuertes bajas durante enero. La Reserva Federal no hizo cambios en la política monetaria. El surgimiento de nuevos riesgos en el panorama mundial volvió a aplanar las curvas de rendimientos al cierre del mes. En México la inflación cerró el 2019 por debajo del objetivo de 3.0% y la primera quincena de enero estuvo prácticamente en línea. Esperamos que el Banco de México reducirá nuevamente la tasa de referencia en su reunión de este mes.
Durante enero la pausa por parte de la FED se mantuvo; la autoridad señaló que las condiciones de crecimiento, empleo e inflación no han cambiado de forma considerable. Los participantes en los mercados estiman que se mantendrá sin cambios la política monetaria durante este año. Sin embargo, los réditos a plazos largos en Estados Unidos bajaron de forma considerable. La tasa del bono del tesoro a 10 años bajó de 1.92% al cierre del 2019 hacia 1.52%, 40 puntos base de disminución. Las tasas en plazos medianos cerraron enero sobre niveles de 1.36% para el bono del tesoro a 2 años.
Este rally de baja se constituyó ante el brote epidémico de un nuevo tipo de coronavirus en la región de Wuhan, China. Con tasas superiores de contagio y expansión a las del SARS en el 2003, el riesgo de generar un impacto en la economía China y a su vez a la economía global, provocó una reacción de cautela en los mercados.Precios de bienes básicos, monedas emergentes y mercados accionarios sufrieron por igual a lo largo del mes debido a esta situación.
El escenario para el resto del 2020 en cuanto a la inflación y el crecimiento norteamericano permiten seguir considerando que las tasas podrían mantenerse estables por parte de la Reserva Federal y también por el proceso electoral presidencial en los Estados Unidos.
Mientras tanto, en Europa, se concretó el Brexit y el Banco Central de Inglaterra (BoE) dejó sin cambios su postura de política monetaria con una tasa de referencia 0.75%; Esto debido a que las expectativas de crecimiento se mantienen positivas, dado que se concretó un proceso ordenado del Brexit que llevará para el resto del año la negociación de un tratado de libre comercio con la Unión Europea y quizá otros países fuera del continente.
En México, se dio a conocer la inflación para todo el 2019 y está cerró por debajo del objetivo de inflación de 3.0% (2.83%) y para la primera quincena de enero se ubicó en 0.27%, por debajo del consenso de los analistas de 0.30%. El resultado de este indicador señala la ausencia, hasta el momento, de traspaso hacia los precios del aumento del salario mínimo por arriba de la inflación en las dos recientes revisiones. Asimismo, la debilidad de la demanda interna permite mantener expectativas de inflación dentro del rango de tolerancia de +/-1% del objetivo de 3.0%.
Con esto el movimiento de los réditos en pesos también fue de baja a lo largo del mes de hasta 55 puntos base y con un cierre para el bono con vencimiento a 10 años sobre niveles de 6.64%.
Para este mes, estimamos que Banxico reduzca la tasa de referencia en 25 puntos base. Asimismo, consideramos que las condiciones de bajo crecimiento, inflación y el anclaje sobre el tipo de cambio permitirán continuar con este ciclo de baja, por lo menos durante las siguientes dos reuniones para alcanzar una tasa de referencia en cercano al 6.5% en el primer semestre del año. No obstante, vemos limitadas las ganancias en la curva de tasas de largo plazo.
El tipo de cambio cerró enero alrededor de los $18.93 pesos por dólar. Durante el mes el dólar tocó mínimos cercanos a los $18.65 pesos, pero las noticias sobre la emergencia epidemiológica en China generaron varios episodios de volatilidad y presión para las monedas emergentes, entre ellas el peso. A pesar de esto, la volatilidad se ve contenida por el amplio diferencial de tasas entre dólares y pesos que cerró el mes cerca de los 510 puntos base. Estimamos un tipo de cambio de $19.50 pesos para el cierre del año.
BOLSAS
El inicio de año fue muy positivo para los mercados de capitales; que volvieron a tocar máximos históricos durante enero, a pesar de haber cerrado el 2019 con una fuerza significativa; los inversionistas favorecían la compra de activos de riesgo al disiparse temores en el campo comercial y geopolítico. Sin embargo, el surgimiento de un nuevo brote de coronavirus redujo las ganancias hacia el cierre del mes, y llevó a muchos mercados a operar negativos. México no fue ajeno a esta tendencia, enmarcado además por la ratificación del T-MEC en EE.UU.
La historia de enero se divide en dos partes: al inicio del mes las bolsas estuvieron impulsadas por una menor aversión al riesgo al disiparse los temores de una escalada en el conflicto entre Irán y EE.UU. (ya que el Presidente Trump se limitó a aplicar sanciones económicas y renunció a acciones bélicas contra el país); además, la firma de la fase uno del acuerdo comercial entre EE.UU. y China sentó las bases para una mejor relación entre ambas naciones y evitar así un impacto más fuerte en sus economías.
Sin embargo, el brote de un nuevo coronavirus en China a mediados del mes hizo que los rendimientos favorables que acumulaban las bolsas perdieran impulso, e incluso la mayoría cerró a la baja. Los inversionistas se mostraron preocupados por las repercusiones económicas en medio de esfuerzos poco fructíferos, hasta ahora, para contenerlo.
De esta forma, el índice MSCI global que incluye mercados emergentes (ACWI) se contrajo (-) 1.2% en enero. El S&P 500 de EE.UU. retrocedió (-) 0.2%, sin lograr sostener los máximos históricos que tocó el 17 de enero; el Stoxx Europe 600 bajó (-) 1.2% y el índice MSCI de emergentes perdió (-) 4.7 por ciento.
En medio de este contexto, la temporada de reportes corporativos pasó algo más desapercibida. Hasta el momento el balance es positivo: cerca del 75% de las emisoras del S&P 500 que han reportado entregaron utilidades por encima de lo estimado; aunque, hay que dejar claro que las expectativas eran fáciles de superar.
Probablemente sean estos dos factores (los reportes corporativos y la evolución del coronavirus) los que determinen el desempeño de los mercados financieros durante febrero.
Por ahora, la expectativa para la bolsa estadounidense es positiva para el año completo; pero, menos atractiva que en 2019: la mediana del consenso de Bloomberg asigna un nivel de cierre para el S&P 500 de 3,400 unidades; es decir, un rendimiento potencial de 5% en el año.
En el caso de México, pocas empresas han entregado sus cifras y febrero será la prueba para el S&PBMV IPC, que en enero cerró con una ganancia mensual de 1.3% apoyado por el entorno global y al confirmarse la ratificación del T-MEC en Estados Unidos.
Nuestra expectativa para la bolsa local es positiva para el año, confiando en que finalmente logre rendimientos favorables (luego de tres años consecutivos decepcionantes). Estimamos un nivel de cierre en 2020 de 47,500 unidades.
Declaraciones
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